Con la aprobacion por el congreso, curiosamente con los votos de catalanes y de vascos, de esa reformita que se sacan una vez mas de la manga, o reforma cruel, por la que se autoriza a vigilantes jurados y guardas de seguridad a practicar detenciones, pedir la documentacion y cualquier otra cosa que se le ocurra al segurata de turno, -que esa es otra-, en realidad estan privatizando los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado dejandola en manos de grandes multinacionales del sector con oscuros intereses. Que nadie olvide que los mayores «contribuyentes» a los fondos oscuros de los partidos los copan empresas de obra civil y de seguridad privadas, y esto huele mal.
Pero lo de poner nuestra seguridad en manos de vigilantes y guardas de seguridad me da mucha dentera. Principalmente porque ya escribi en su dia un enfrentamiento que tuve en su dia con uno de estos «guardias civiles frustrados» que se creen Gary Cooper en Solo ante el peligro. Que por cierto, la historia termino con una sancion de dos meses para el gilipollas porque no la tuvo solo conmigo y precisamente ahora esta en la garita y yo a tres metros de el aparcado y la fiera tan suave que parece Bambi. Pero a lo que voy. Como en todas las profesiones hay de todo, bueno, malo y regular. Pero he de confesar que conozco a mas de uno que no pasaria el examen psicologico necesario para la educacion preescolar.Principalmente porque hubo en este pais unos años en que hacian falta muchos vigilantes de sefuridad, sobre todo cuando Corcuera era ministro de interior, ¿Alguien se acuerda del lio con la autovia de Leizaran?. Pagaban sueldos de cerca de medio millon de pesetas de entonces por la vigilancia de maquinaria y obras. Dieron, o mas bien regalaron, titulos a diestro y siniestro. Que mucho de lo que escondia el terrorismo en el Pais Vasco y Navarra encerraba en realidad turbios y nunca claros negocios con la seguridad de edificios y personas. Total, que conozco mas de un caso de tipos con un uniforme y revolver a la cintura que como le caducaba la municion y se creia que en realidad era un GEO, se liaba a tiros con latas, edificios y compañeros. Concretamente uno que cuando le comento un colega que su parienta le ponia los cuernos con otro compañero se lio a tiros en los vestuarios y dejo las taquillas como coladores de 50.
Si ahora privatizan la seguridad es mas por miedo propio del gobierno que de la pretendida custodia de nuestra integridad. Tienen miedo porque la gente esta muy cabreada y todos los agentes de ambos cuerpos del Estado les parecen pocos. Si mi abuelo levantara la cabeza creeria qu volviamos a aquellos grises años de la historia en la que se armaron a las juventudes hitlerianas famosas por aquello de «La noche de los cristales rotos».