Cuando con el paso de los años uno se pone a comparar lo que conoció en sus comienzos en el transporte con la actualidad, no puede por menos que sentir rabia y decepción. Veo como hemos pasado de ser profesionales respetados, a justamente todo lo contrario. Sobre todo cuando en un día como hoy hay muchísimos compañeros haciendo descansos semanales, o pasando el domingo en áreas de servicio y aparcamientos. Hemos llegado a un punto en el que nos parecemos mas a los nómadas que con sus caravanas cruzaban los desiertos, acampaban donde podían, sobrevivían con sus propias pertenencias, y luego continuaban su viaje. La crisis, la aceptación sumisa de una realidad laboral, llevados cada uno por nuestra propia realidad, la falta de unión -una vez mas la palabra mágica-, el día a día, que se ha convertido en años, nos llevan hasta la actualidad.
¿Culpables? Si nos pusiéramos ahora a crear una lista de nombres, esta seria interminable. No se trata precisamente de buscar culpables, todos en mayor o menor medida tenemos nuestra parte de culpa por consentirlo. De lo que en realidad se trata es de hacer todo lo posible por cambiarla. Que en esta España nuestra somos muy de mirarnos el ombligo, de tirar piedras propias a tejados ajenos, y de ver pajas ajenas en otros ojos mientras la nuestra no nos deja ver. Que nadie se rasgue las vestiduras ahora y recurra a manidas actitudes.
Esta muy bien criticar, pero hay que empezar por cada uno, pedir dignidad y unión, pero llevarla a cabo, pero aceptando la critica constructiva como tal, no como un ataque. Que también los críticos tienen cabida en todos los grupos. Pero nadie podrá negar jamas la realidad. A lo largo de la historia española se pueden ver ejemplos de lucha en los que siempre ha habido quien confundido la velocidad con el tocino. Por eso tan español de: «O estas conmigo diciendo amen a todo, o estas contra mi»
Así pues, desde la libertad, que es mi mayor tesoro, me permitiré siempre opinar. Me duele esa realidad, de compañeros acampados como meros supervivientes de la carretera, cuando lo justo seria que estuvieran en sus casas, pero si no puede ser, al menos que el sueldo les permitiera poder hacerlo en un hotel. Nunca entre los hierros y la soledad de la cabina, cocinando lo que buenamente pueden, comiendo lo que llevan. Ahogados y presionados por las consecuencias de una crisis que nosotros no provocamos. Es mas, somos las victimas cruelmente tratadas de ella. Para todos esos compañeros un abrazo solidario antes de volver de nuevo, una semana mas, a la carretera. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.
Tienes toda la razón del mundo, me recuerdo en los años 60/70 los restorantes de ruta tenían habitaciones e hasta unas señoritas que por su cuenta te ayudaban a dormirte. Hoy los restorantes debían de tener parque cerrado e con guardia, si no quando vuelvas al camión lo encuentras vazio de gasóleo e la cabina desvalijada! Tiempos dificiles estos e más lo que nos espera, me faltan 3años para la jubilación? – a lo mejor más, están cambiando las leíes, e ahora que debiamos estar tranquilos, los cacos no nos dejan dormir.
Cuando yo empecé había compañeros de hostal y gasolinera. Preguntabas este polígono esta fábrica siempre te encontrabas con alguno que te socorrida. Pero nosotros mismos nos undimos por que lo más importante la unión es la que nos falta y mientras nosotros mismos nos pinchemos las ruedas estamos perdidos