OTRA VEZ A VUELTAS CON EL INTERMITENTE.

Después de dejar ayer Cantabria, a Castilla y Leon, Valladolid, Salamanca y ahora en la provincia de Zamora ( Leon por si alguien se ofende) esperando para cargar con destino a Castilla la Mancha. Hoy es uno de esos días en que te acuerdas de la familia de mas de uno -¿Que culpa tendrá?-. El cabreo viene porque sigo sin saber aun en que concesionario compran algunos los vehículos por si les salen mas baratos, porque parecen que se los vendieron sin intermitentes.

Esta mañana la escena ha sido digna de grabar en vídeo y colgarlo en las redes sociales. Calle larga de un polígono vallisoletano, un turismo gris, no diré la marca ni la matricula a pesar de que me dan ganas, total que yo tras el desde el principio de la calle, mi destino al final de la misma. El  personaje en cuestión a lo suyo, ahora paro, ahora no, que si aparco aquí, que no, que me queda lejos y como voy a desgastar mis zapatos nuevos, nada un poco mas adelante, vaya que me paso, coño que no es aquí.

Total que por lo menos siete intentos y el tío nada, ni una vez dio el intermitente, yo pacientemente esperando a ver si al final paraba ya de una maldita vez. Cuando por fin aparca me paro a la par suya clavo el freno -las luces de emergencia ya lucían desde el primer intento que hizo de parar- espero a que se baje del coche y todo serio le digo: «¡Buenos días!, perdone ¿Le puedo hacer una pregunta?». El tío se me queda mirando y dice: «¿Que nave buscas?». Yo: «No si la nave a donde voy me la conozco desde hace mas de un año, lo que quiero es preguntarle a ver si me puede usted hacer al favor de decirme… ¿Donde compro el coche?. Porque se lo tuvieron que dejar a un buen precio porque no traía los intermitentes de fabrica». Se me queda mirando y le empieza a cambiar la cara de color justo cuando los que estaban detrás de mi comienzan a pitar. Le dejo con la cara de tonto y me voy.

Hace unos días escribí en este blog el manual de instrucciones del intermitente. Su situación, forma de uso y efectos secundarios. Pero hoy el tipo me ha tocado la moral. Seguramente esta situación la habréis vivido muchas veces; incluso también pasaríais por alto alguna vez utilizarlo -yo también- pero procuro que sea las mínimas veces posibles. No tengo constancia de que su utilización haya producido ninguna fractura de dedos, muñeca, brazo o de hernia discal. En cambio su falta de uso si produce consecuencias que pueden llegar a ser muy graves, llegando incluso a llevar a mas de uno a rendir cuentas a San Pedro o a Satanás.

Pero así estamos, me cabrea mucho, da igual el tipo de conductor que sea, no defiendo a ninguno, principalmente porque hay muchos camioneros que desconocen aun donde esta instalada la palanca que los acciona. Pero lo que si tengo seguro es que aunque se encienda y se apague -de ahí lo de intermitente-, no supone ningún consumo eléctrico. Ni mucho menos creo que haya nadie que recibiera alguna vez una factura de ninguna compañía eléctrica por el uso del intermitente.

Así que nada, a ver si algun día ahorro lo suficiente para comprarme una cámara y ponerla en la luna del camión para grabar mas de uno de estos actos tan cotidianos, y a la vez, con consecuencias que pueden llegar a ser muy graves. Porque me consta -así me lo comento un compañero- que se han entregado vehículos después de mas de 10 años circulando con la palanquita sin utilizar y como recién salida de fabrica. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.

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