Cuando el invierno llega a nuestras vidas y las tierras de Leon se vuelven se ese tono tan particular que adquieren con la llegada de la estacion, las montañas desde aqui en la vega del Esla se ven cubiertas de ese blanco inmaculado que invita a dirigirse hacia ellas para respirar su aire puro y sentir en la piel ese frio tan particular que las invade. Aqui desde el pueblo ves los tejados cubiertos de la helada matinal y sales a la calle para dar un paseo, para comprar el pan, el periodico y degustar ese excelente y unico cafe que hacen Paulino y Gerardo en su bar, siempre acompañado de una tapa de tortilla o de unos sobados que se agradecen amablemente por mucho que hayas desayunado hace una hora. Uno se siente vivo y lleno de energia, dispuesto a disfrutar de las ultimas coletadas de estas vacaciones navideñas que ya tocan a su fin, la vida parece deternerse, y pides que se pare el mundo, que no corran a esa velocidad unica que lo hacen las agujas del reloj cuando estas feliz, con el camion a mas de 400 kilometros esperando la vuelta a la carretera. Pero desde aqui, DONDE HABITA EL FRIO, como yo digo, la vida se ve de otra manera muy diferente, detenida en esa paz unica que solo se siente en el pueblo que llevas en el corazon.

Pero como todo en este mundo tambien las vacaciones se terminan, llega la hora de recoger la casa, de llevarte en el maletero aquello que siempre te acompaña en el viaje, tambien las sobras de una Navidad que terminare consumiendo alla en mi otra tierra de Navarra. Siempre con la añoranza de los dias pasados, la morriña y la triteza melancolica de la vuelta al trabajo, a la rutina diaria, a las prisas porque en este mundo que parece haberse vuelto loco todo es urgente, con los recuerdos agradables de los dias compartidos y tambien la tristeza en el corazon de los seres queridos que no deberian haberse ido nunca de nuestras vidas, todo se vuelve mas duro, muchisimo mas de lo que fue al venir, que todo eran alegrias y ganas de llegar.

Hoy para cambiar «el rollo» que suelto habitualmente, no quiero para nada hablar de la politica y de los corruptos, hoy es el dia de hacer resumen de todas estas jornadas en el pueblo que siempre son unicas e irrepetibles, por mucho que hayan sido mas de veinte, pero que a mi siempre me parecen pocos. Porque tengo que confesar honradamente que no quiero marcharme, que si pudiera aqui me quedaria para siempre, hasta que El de arriba o su enemigo de abajo me llamaran a pedirme cuentas por esta vida que he llevado, en la que como todo hombre o mujer hubo de todo, muy bueno, bueno, regular y malo. Que, como no podia ser menos, tambien cometi errores y pecados, por los que he purgado lo mio por algunos de ellos, pero que conservo la experiencia y el proposito de no volver a cometer. Pecados que algun dia espero tengan su perdon mas o menos merecido y si alla en la otra vida tuviera que rendir cuentas y penas por ellos sera de justicia cumplirlas.

No quiero que este articulo suene para nada a melancolia, ni mucho menos a tristeza amarga mal entendida, tan solo se trata del final de unas vacaciones que siempre esperas que nunca se acaben, pero el tiempo pasa inexorablemente. Asi que nada, vuelta a la vida diaria de la mayor parte del año. Pero con el recuerdo dulce de los dias compartidos con familia y amigos, con las risas de los niños a los que ayude con mi mejor entender a su funcion navideña de todos los años, del alcalde de mi pueblo con el que nunca he hablado de politica a pesar de tener posiciones diferentes, pero con la plena seguridad de que siempre nos hemos respetado mutuamente y puedo presumir de su amistad y el de la mia. 

Asi que la proxima vez que escriba ya sera desde Navarra, porque mañana me limitare a las despedidas, a resaltar en el facebook mi articulo semanal en leonoticias.com que ahora pasa a los viernes y a cargar en la mente los ultimos recuerdos. Pero antes de la despedida alla va mi incondicional agradecimiento a los que me leen y a quienes deseo un 2014 como el mejor año de sus vidas.

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