CRISTOBAL.

     Hace por lo menos ocho años que le perdi la pista, aunque sospechaba que pasaria sus ultimos años de vida laboral en la empresa de siempre y que ahora disfrutaria de un placida jubilacion. La ultima vez que hablamos fue durante los breves segundos que dura la comunicacion por la emisora cuando nos cruzamos en la carretera, el destino no hizo que coincidieramos y si ocurrio no nos vimos. El mismo destino imprevisible ha hecho que hoy me encontrara con un excompañero suyo y le pregunte por el, entonces me dio la fatal noticia Cristobal murio hace poco mas de un año.

    Aun me parece estar viendole con su eterno cigarrillo -siempre de tabaco negro-, el decia que el rubio era para mariquitas. Siempre con una media sonrisa debajo de su eterno bigote y con ese acento andaluz que nunca perdio a pesar de llevar  desde los ventidos años en Zaragoza. Era de esas personas con la que consigues tanta confianza como para hablar de cualquier tema con la seguridad de que los temas importantes siempre quedaran entre tu y el. Fuimos compañeros durante cuatro años en la misma empresa y quiza lo que nos llevo a la amistad fue el hecho de que fueramos los dos unicos trabajadores que no eran maños y los dos sufrimos el ignorante y trasnochado racismo de quienes miran diferente a los que no son de su tierra.

    Siempre senti hacia el un venerado respeto y admiracion por que el era todo un veterano de la carretera y yo un semi-novato con mucho que aprender aun y he de confesar que su experiencia me sirvio de mucho. Siempre he sentido respeto por la gente veterana y mayor que yo y el no podia ser menos.

    Me reia con el porque siempre hacia lujo de su humor andaluz de Jaen cuando contaba como habia dejado embarazada siete veces a su Maria, decia que con solo aparcar el camion a la puerta de casa ella ya estaba encinta. Era Cristobal, una persona de esas irrepetibles de las que desgraciadamente quedan cadia menos en la carretera. Hoy durante todo el dia no he dejado de pensar en el con nostalgia y sonriendo a veces recordando tantas anecdotas. ¡Hasta siempre amigo!. Seguro que estaras en el Cielo fumando un Habanos con San Pedro, porque seguro que tu has conseguido que fume.

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