Hoy voy a escribir sobre esas actitudes o situaciones que nos parecen ilícitas, denunciables e incluso indignantes, pero que después, por nuestra forma de actuar nos convertimos en cómplices de ellas. Por ejemplo: Compramos ropa y calzado, incluso de marcas conocidas convertidas en multinacionales a sabiendas de que están fabricadas en países con condiciones de semiesclavitud, con sueldos miserables e incluso utilizan a menores en condiciones infrahumanas para su producción en masa ¿Os suena de algo?. Consentimos situaciones injustas plenamente conscientes de que los son, pero pasamos «Por el aro». Otro ejemplo: Ya aceptamos como normal servirnos nosotros mismos en gasolineras, en grandes superficies como supermercados, en multinacionales de comida rápida, donde pagamos previamente, esperamos de pie a que nos sirvan la comida en envases de papel y luego les recogemos la mesa. Puedo seguir contando situaciones que ya aceptamos como normales como si fuéramos simples ovejas previamente domesticadas y somos, a veces, inconscientes de que al hacerlo estamos ahorrando a las empresas que explotan estos servicios miles o millones de puestos de trabajo, llenandoles sus macro cuentas de beneficios con millones de euros y damos la sensación de que miramos para otro lado.
Luego en el sofá de casa vemos impasibles en la televisión las infrahumanas condiciones laborales de los trabajadores, muchos de ellos niños, que fabrican la ropa que llevamos puesta, pero a continuación en la publicidad nos pica la codicia de comprar en las rebajas de temporada de los grandes almacenes -no hacen falta nombres- donde nos venderán camisas, camisetas, pantalones o calzado con un 50 por ciento de descuento y es muy posible que nos pasemos por allí con la intención de comprar o encontrar alguna de esas «gangas». Con esta actitud también nos convertimos en cómplices de las multinacionales que explotan a los trabajadores consiguiendo un precio irrisorio por esas prendas que, aunque nos las vendan muy baratas, ellos ganaran miles de millones. Exactamente ocurre con las multinacionales de comida rápida, nos cobran mas de lo que pagaríamos por un menú del día en un restaurante en el que, ademas, nos servirían en la mesa en platos normales y pagaríamos al final. Ademas de usar sus servicios, su prensa y sus instalaciones con comodidad. Tampoco pagamos menos por servirnos nosotros los combustibles, al contrario, tenemos los mas caros de Europa antes de impuestos. Pero seguimos tragando y tragando y colaborando con ellos con nuestra actitud.
Tampoco estamos exentos de estas situaciones los camioneros. Desde hace años nos cargamos y descargamos sin rechistar conscientes, o no, de que ahorramos puestos de trabajo. Porque para desgracia nuestra si no lo hacemos siempre habrá alguien dispuesto a ello. También somos cómplices por consentirlo y por no comenzar a ponerle remedio. Sobre todo cuando sabemos la solución. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.