Ni éramos malditos, ni somos héroes, somos conductores

@Camioneroleones.- Con el permiso expreso de «El camionero en ruta», he querido recopilar para este blog, uno de sus artículos escrito el pasado 11 de abril de 2020, pero que por su contenido, desgraciadamente, sigue estando de actualidad:

«Desafortunadamente, desde el pasado 20 de marzo no he podido, por circunstancias que no vienen al caso, volver a escribir en las páginas de Diario de Transporte. En mi último artículo De pronto se dieron cuenta de la importancia de los camioneros, resaltaba que, desde la declaración del Estado de Alarma, habíamos pasado de ser considerados «malditos y denostados por estorbos en las carreteras», a que éramos imprescindibles para el abastecimiento de mercancías para la sociedad.

Vale, pues… Ni éramos malditos, ni somos héroes, somos conductores. Exactamente los mismos, los que realizamos nuestro trabajo a lo largo de todo el año, llueva, nieve, bajo tormentas, niebla, vientos que tumban camiones, que tienen accidentes con demasiados compañeros muertos,- ¡¡Descansen en Paz siempre y Rafagas al Cielo!!.- porque tan solo un compañero muerto en la carretera ya es demasiado.

Los mismos que desde la declaración del Estado de Alarma, se les cerraban baños, restaurantes, gasolineras, servicios públicos de empresas, teniendo que hacer sus necesidades hasta en la cabina, en España y en toda Europa. Que no se alarme nadie, que es la realidad. Los mismos que a cara descubierta, muy tímidamente, han ido apareciendo también como héroes, pero al final en los vídeos de las televisiones. En la mayoría de los casos por medios sensacionalistas que solo publicaban, y emitían en televisiones casi hasta la saciedad, vídeos de compañeros que se quejaban de todo lo anterior.

Esas mismas televisiones, que estos días en sus informativos durante más de 30 minutos centran exclusivamente su información sobre la pandemia mundial del maldito coronavirus. Pero que ninguna, absolutamente ninguna ha tenido lo que hay que tener, para sentar en una entrevista a un conductor profesional, que libremente contara toda, absolutamente toda la realidad. No solo el maldito morbo de vídeos con información sensacionalista.

¿Dónde están esos periodistas que hacían verdadera información sobre los campos de batalla?, ¿Donde está esa prensa?, en sus casas delante de un ordenador editando vídeos de las redes sociales, confinados como todos.

Pues bien, les propongo una solución, si de verdad quieren conocer la realidad del transporte en España y en Europa, no solo la de los camioneros, también la de los conductores de autobús, ya sean de líneas regulares, de corta, media y larga distancia, la auténtica realidad de los trabajadores del volante; los mismos que el resto del año, se ven obligados por esa maldita necesidad que tenemos los trabajadores honrados, de comer nosotros y los nuestros, pagar deudas, seguir día a día en nuestras vidas; no solo ahora con la crisis sanitaria mundial. NO, también el resto del año, de todos los años pasados. Pero desgraciadamente, del futuro que nos espera, cuando todo esto pase, de lo que vendrá, que ya tenemos encima, los ERTES, despidos, paros, vacaciones, y demás.

Le propongo desde la oportunidad que me dá cada semana, Diario de Transporte, que se pongan en contacto con el editor y director, que concierten con él una entrevista, y cara a cara sin más que una cámara que grabe; yo, «El camionero en ruta«, me comprometo públicamente a contar toda mi verdad.

La verdad sobre la realidad, de esos industriales, que se autollaman equivocadamente, porque no los son «empresarios«, desprestigiando a los que de verdad los son. No olvidemos que la palabra empresario, viene de emprendedor, con lo que eso conlleva. Me refiero a los que ven en el trabajador una pieza más del autobús o del camión. Los que ahora están despidiendo y han despedido a trabajadores con contratos temporales, sin explicaciones.

Los que están dando vacaciones inciertas y todo lo demás. Sencillamente porque no saben, desgraciadamente, nadie lo sabe, como estaremos y saldremos a nivel mundial de esta a un año vista. Ni el más reputado economista-futurologo lo sabe. Bolsas por los suelos, petróleo almacenado que nadie consume. Dinero parado en los bancos que nadie quiere, que esa es otra. Banca privada despiadada como siempre, que antes no te llamaba y ahora te reclama por teléfono, para decirte que te vence un recibo de 33 euros con 333 céntimos, que si no los ingresas te cobrarán 40 euros por el descubierto en cuenta.

Que te queda la sensación por el lamento del director, al otro lado del telefono, que vas a provocar el derrumbe en bolsa del banco. La misma banca privada carroñera que ahora quiere hacer su propio agosto con los créditos ICO, para autónomos y empresas. Esa banca que nunca ha tenido, ni tendrá humanidad. Si, la misma que nos regalaba una vajilla, una tele y hasta un móvil por pedir un crédito hipotecario hace apenas 14 años. Sí, pero con otro director agobiado porque ahora tiene que reclamar a clientes que no conoce lo que otros directores vendieron como máquinas en aquel dinero para todos. Ya y ahora…. ¿Qué? Porque el dinero parado no produce, y ningún banquero, industrial o inversor que se han ido al otro mundo por el coronavirus, se lo ha llevado.

Que esa es otra. Esta pandemia mundial no conoce de posición social, política o personal. Aunque como en todas las catástrofes, siempre los que más muertos aportan desgraciadamente, somos los de la calle, las clases más desfavorecidas y desatendidas socialmente. ¡¡¡Malditos virus!!!.

Pero a lo que iba. Que los profesionales del volante, hemos sido, y seguiremos siendo, ante todo conductores profesionales. Pero cuando esto pase, y volvamos a trabajar como hace exactamente un año; espero que no volvamos a ser, lo que seríamos a estas horas si no estuviéramos en Estado de Alarma.

Ahora estaríamos hablando de camioneros tirados en las áreas de servicio, en restaurantes cerrados, en polígonos industriales, e incluso, en arcenes de carreteras, parados mientras hoy sábado, los ultimos en llegar a las playas inundarían las carreteras para circular. Que digo yo, que el Gobierno podría plantearse una Ley que les obligara a salir por turnos. Para que los camioneros, conductores de autobuses y demás compañeros, pudieran llegar a sus casas o destinos. Sin necesidad de que se violara su derecho Constitucional de la libre circulación de personas. Que si, también, antes y ahora somos ante todo, personas.

Lanzado el guante-reto queda a esos periodistas de antes, de ahora y de siempre, verdaderos y que se mojan donde hay que hacerlo, por informar a la sociedad de toda, absolutamente toda, la verdad. Repito, por si alguno no lo ha pillado aún: Ni éramos malditos, ni somos héroes, somos conductores. Como siempre para todos ellos ¡¡¡¡BUENA RUTA!!!.

Artículo original: Ni éramos malditos, ni somos héroes, somos conductores: «El camionero en ruta». Opinión

Foto: Archivo

 

De villanos a héroes por una crisis. «El camionero en ruta». Opinión

@Camioneroleones.-  Hoy me he permitido la licencia, previa pedida del permiso correspondiente del autor, de trasladar a este blog, el artículo de opinión del colaborador habitual de Diario de Transporte «El camionero en ruta», para que los seguidores de mi blog, conozcan la situación real por la que están atravesando los conductores de camiones y autobuses, como consecuencia de la crisis mundial por el coronavirus.

Ese es el texto integro del artículo de opinión de hoy del autor antes citado, publicado en Diario de Transporte: 

«Es triste, muy triste, que como consecuencia de la crisis mundial causada por la pandemia del coronavirus o covid-19, de pronto, los conductores de camiones y autobuses, junto con los taxistas, hemos pasado de villanos a héroes, como si antes no fuéramos los mismos, esos que, sobre todo en el transporte de mercancías por carretera, eramos molestos a los ojos de gobernantes ignorantes y ciudadanos ansiosos por llegar a sus destinos vacacionales.

Es triste, muy triste, que ahora resultemos imprescindibles para una sociedad, porque ¡¡Milagro!!, ahora se han dado cuenta los mismos que nos demonizaban, que sin nuestro trabajo al volante sus vidas están perdidas. Sin nosotros no tienen esa necesidad imperiosa de acumular papel higiénico en sus casas, aunque todavía no se muy bien para qué, tal vez sea para poder limpiarse el miedo de esta psicosis colectiva y neurótica causada por la crisis de este virus.

Pero análisis médicos aparte, me indigna que, además, los conductores de camiones y autobuses, seamos, de pronto, considerados como «personal de bajo riesgo», lo mismo que los son las personas que forman parte de los colectivos laborales como Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, personal médico y sanitarios, conductores de ambulancias o de asistencia sanitaria. Como si nuestro organismo no pudiera ser contagiado por el dichoso virus.

Es triste, muy triste que, de pronto, como por arte de magia y de extrema necesidad, hoy el Boletín Oficial del Estado, publicara una Resolución de la Dirección General de Transportes, por la que se anulaban los artículos del Reglamento 561/2006 que regulan los tiempos de conducción y descanso de los conductores de camiones y autobuses, cuando tengan que circular con sus vehículos por las zonas declaradas de «alto o medio riesgo» por el coronavirus. Ahora sí que no somos villanos, de pronto nos hemos convertido en héroes por conveniencia de gobernantes y por necesidad de aquellos que nos demonizan en las carreteras en épocas vacacionales, puentes y fines de semana.

Precisamente los mismos que hacen todo lo posible, legal y con presiones, para apartarnos de las carreteras y dejarnos tirados en cualquier lado, para que ellos puedan llegar cómodamente a sus destinos, no sea que pierdan la oportunidad de poder poner su toalla a las 6 de la mañana en primera linea de playa, o llegar con sus coches oficiales a reuniones politices y personales cómodamente instalados en el asiento trasero, pero con el más absoluto desconocimiento del trabajo y la realidad diaria de los conductores de camiones y autobuses.

Es triste, muy triste, que hoy 14 de marzo de 2020, en plena crisis y psicosis colectiva, los camioneros y conductores de autobús se encuentren tirados en las carreteras, con restaurantes y establecimientos hoteleros cerrados, en los que no pueden comer, cenar o acudir al baño para las más básicas necesidades higiénicas. 

Pero eso si, no olvidemos que hemos sido declarados personal laboral de «bajo riesgo» y tenemos que saltarnos los tiempos de conducción y descanso para llevar mercancías a los grandes almacenes de distribución, no sea que los ciudadanos alarmados no tengan «papel higiénico», o los viajeros no puedan llegar a sus destinos para «aislarse en las zonas rurales»; porque, esa es otra, ahora los de los pueblos y zonas costeras, ya nos somos «unos paletos», y tenemos que recibir a los histéricos ciudadanos de la ciudades que huyen de las grandes urbes con riesgo de contagio, para refugiarse en aquellas zonas de España donde el aire es puro.

Es triste, muy triste, que una vez pasada esta crisis, volvamos nuevamente a ser molestos en las carretera, y nos vuelvan a obligar a aparcar nuestros camiones en cualquier lugar de «mala muerte», para que ellos puedan llegar a primera hora de la madrugada a pelearse para poner la toalla en «primera línea de playa».

En fin, esperemos que una vez pasada esta crisis sanitaria del coronavirus, no se olviden de que hemos sido imprescindibles para la sociedad, y se tenga mucho más en cuenta nuestra profesión y nuestro trabajo como conductores de camiones y autobuses, para que, al menos, se dignifique nuestra profesión, laboral y socialmente como se merece.

No quiero terminar sin mandar desde estas humildes líneas un enorme abrazo y apoyo absolutamente solidarios, a todos los conductores de los dos sectores del transporte por carretera, que en estos momentos están dando todo lo mejor de ellos mismos al volante, para seguir siendo los profesionales que siempre han sido y siempre serán. Para ellos, ahora más que nunca: ¡¡¡¡BUENA RUTA!!!!».

Foto: Archivo Camioneroleones