La crisis politica que se esta viviendo en estos ultimos dias en Navarra por la descarada intromision en las funciones de la anterior directora de la Hacienda Foral por parte de la vicepresidenta del gobierno regional Lourdes Goicoechea tratando de conseguir informacion sobre antiguos clientes suyos que pudieran ser objeto de inspeccion fiscal y que esta siendo noticia por la posibilidad de una mocion de censura al gobierno de UPN por parte de la oposicion tiene casualidades politicas muy curiosas.
La atencion a nivel nacional de este escandalo se ha tratado de desviar por intereses meramente politicos hacia la posibilidad de que el Partido Socialista de Navarra (PSN) pudiera llegar a algun tipo de pacto con Bildu y el resto de partidos de izquierda para provocar la salida de la presidenta Yolanda Barcina del ejecutivo regional. Todos hemos oido como desde el primer dia en que salto el escandalo de la presunta corrupcion el PP se apresuro a criticar a los socialistas porque pudieran llegar a pactar con Bildu para conseguir la presidencia de la Comunidad. Tres cuartos de los mismo salia por las bocas de los miembros de Union del Pueblo Navarro (UPN). Estan nerviosos ante la posibilidad mas que segura de que Barcina tenga que dejar una presidencia que desde las ultimas elecciones ha estado muy cuestionada por los navarros, aqui nadie olvida como cobraba dietas por asistir a los consejos de administracion de la desaparecida Caja de Navarra, por mucho que devolviera el dinero.
Pero lo verdaderamente llamativo de toda esta situacion es que los mismos que ahora ven en Bildu al mismo demonio, los que le critican por sus posturas cercanas a Eta. Los que con Barcina a la cabeza se rasgan las vestiduras por las futuras alianzas, son los que no han dudado lo mas minimo en servirse de los votos y de los concejales de Bildu para sacar adelante los presupuestos municipales en ayuntamientos como los de Tafalla y Olite donde los regionalistas tienen las alcaldias. Para devolverles los favores en estos ayuntamientos no han dudado por el contrario en apoyar a los alcaldes de Leitza y Bera elegidos en las candidaturas abertzales siempre que han necesitado los votos de UPN.
No deja de ser una muestra mas del cinismo al que pueden llegar los politicos cuando se trata de defender sus propios intereses. Ahora son malisimos los de Bildu porque podrian dar su apoyo al PSN para sacar a la todavia presidenta Barcina de su cargo al que, por cierto, se agarra como a un clavo ardiendo consciente de que tiene muy pocas posibilidades en unas futuras elecciones. Claro que tambien hay quien piensa que le interesan unas elecciones porque seria la unica candidata por su partido. Pero como decia antes, cuando les conviene los de Bildu no son tan malos si con sus votos consiguen lo que les interesa.
No pretendo parecer partidario de nadie en particular, pero me llama mucho la atencion los entresijos que se pueden cocinar en la politica cuando estan intereses partidistas por medio. Una muestra mas de que el poder crea una adiccion que engancha como si se tratara de una droga, ¿Que tendra?.