Hoy, que precisamente es el Dia Internacional del Camionero, siento la tremenda pena de ver lo poco que se aprecia nuestra profesion en este pais tan cainita, cruel, singular y a la vez amado, llamado España. Sobre todo cuando uno se para un momento a pensar y hace comparaciones con lo que hacen mas alla de nuestras fronteras con los compañeros de otros paises, sobre todo si miramos hacia el Norte observando las ultimas noticias sobre las leyes dictadas por los gobiernos de Belgica y Francia.
Dejando un tanto al lado la controversia que puede originar las mismas y que afectan ante todo a los camioneros que no forman parte de esos paises, sobre todo en lo que se refiere a los descansos semanales de 45 horas, de las que por cierto, no han tardado mucho en declarar injustas las patronales españolas del sector, porque les afecta a sus bolsillos y va directamente a por ellos en las sanciones penales. Afectando muy seriamente hacia aquellos autonomos que son a la vez conductores y empresarios. Con todas las consecuencias que conlleva, sobre todo en lo que se refiere a donde realizar los descansos y la seguridad de los vehiculos mientras se hacen los mismos lejos de los camiones, lo cual es tema mas que suficiente para otro articulo, a lo que quiero referirme hoy es a lo que en realidad esconden estas medidas.
No han legislado belgas y franceses a la ligera, lo han hecho con toda la intencion, con el unico proposito de defender a los trabajadores y a las empresas de su pais frente a la fuerte injerencia en el sector de empresas de otros paises. Sobre todo contra aquellos paises que todos tenemos en mente y que hasta hace unos años no formaban parte de la Comunidad Economica Europea. Con su asalto al sector en un mercado libre, como se pretende que sea el europeo, han provocado una autentica tormenta revolucionando precios a la baja, con sueldos basados en los salarios base de esos paises, que han tenido como consecuencia un cabotaje salvaje, con muchos casos de dos conductores en una cabina haciendo el trabajo de dos camiones por menos de lo que gana un conductor en España. Dejando el mercado en manos de multinacionales y empresas que no han dudado en cambiar de residencia empresas con delegaciones en terceros paises.
El mercado del transporte en Europa se parece cada dia mas al de la marina mercante, nunca se sabe con que bandera navegan, mas parecidos a piratas apatridas. Aprovechando las bondades de legislaciones como la española, mas pendiente de contentar a los mismos que no dudan de cambiar de sede a sus empresas, convirtiendo el mercado en una merienda salvaje de la que cada uno trata de llevarse la mejor parte del pastel a costa de sus propios compatriotas. Preocupados unicamente por el beneficio propio y olvidando el comun.
Esa es lo que en realidad esconden las medidas adoptadas por los dos paises, proteger a sus propias empresas, endureciendo la legislacion contra aquellos que utilizan su pais como parada y fonda para continuar explotando el sector. Las leyes pretenden obligarles a realizar los descansos en sus paises de origen. Sobre todo en Francia que se ha convertido en una especia de parking de fin de semana. Ahora viene la otra parte de la pelicula, los que hacian el descanso de 45 horas en territorio frances aprovecharan para hacerlo en España, sencillamente porque aqui si algun dia deciden legislar seguro que sera para seguir fastidiando a los españoles. Asi que ser camionero en España sigue siendo casi un delito. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.