Señor Mariano Rajoy Brey: Espero que al recibo de la presente se encuentre bien de salud. Como mi carta de ayer no tuvo respuesta por su parte, yo como buen leones me dispongo a escribirle la segunda en la esperanza de que tenga unos segundos para leerla.

   Vera usted: LLevo unos dias en un sinvivir, apesadumbrado y preocupado, mi conciencia no me deja apenas dormir, asi que he decidido confesarme con usted con la esperanza de que pueda entenderme y en la medida perdonarme por mis errores. Me explico. Yo tengo que darle la razon en una cosa, yo tambien he vivido por encima de mis posibilidades, le cuento. En las navidades de 2009 compre un jamon serrano, cuando en realidad lo que debia haber hecho era comprar una barra de un kilo de mortadela y, como mucho, que fuera con aceitunas. Una vez, no recuerdo muy bien la fecha, sali a cenar fuera de casa, eramos dos personas y creo que me gaste unos 80 euros, cuando en realidad tendriamos que haber cenado en casa un par de huevos fritos con patatas. Pero ahora viene lo mas gordo. Una vez, creo que alla por 1987 acepte una propina de doscientas pesetas, la verdad esto me preocupa, porque fue dinero B o negro, y ahora con la que esta cayendo y si el hombre aquel que me la dio resulta que lo tenia todo anotado en una libreta y esta llega a manos de la justicia ya me veo procesado por un juez acusado de blanqueo de dinero y yo que se que mas, de verdad, estoy que no duermo, con los nervios a flor de piel, me irrito con facilidad, no soporto la idea de terminar en la carcel porque como usted sabra soy camionero y me gusta la libertad y los espacios abiertos. Saqueme de este tormento ¡Por favor!, ¿Que puedo hacer?.

    Ademas ahora acabo de recordar que otra vez compre golosinas a mis hijas y no me dieron factura, ¡ Joder otra vez que meti la pata!. Es mas, alla por el año 1990 compre un cd pirata a un subsahariano cuando en realidad lo deberia haber comprado en una tienda. Supongo que de poco vale que le diga que era de Ramoncin, que lo escuche solo una vez y no pude terminar de oirlo y que se lo regale a un sobrino mio que es un friki y colecciona rarezas. En fin, señor Rajoy, que he sido un mal ciudadano, pero le prometo que a partir de ahora me compotare como Dios manda. Comere solo una vez al dia y seran latas de conserva, pedire factura por todo y pagare religiosamente mis impuestos. Atentamente suyo. Un camionero.

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