Ayer mirando facebook he visto un par de multas de los agentes de la guardia civil de trafico totalmente absurdas, que provocan cierta risa, si no fuera porque llevan consigo una sanción económica. Vamos que los agentes puestos a denunciar a veces se pasan y provocan aparte del consiguiente cachondeo, también rechazo por su exceso de celo a la hora de aplicar la ley según su criterio.La que mas me ha llamado la atención es una que han puesto al conductor de un trailer cisterna por llevarla demasiado limpia, si como suena, el motivo de la infracción es de película: » Circular el vehículo reseñado incumpliendo las condiciones reglamentarias, lleva parte de la cisterna pulida, reflejándose como un espejo y emitiendo deslumbramiento a los vehículos que circulan detrás, pudiendo ocasionar accidente al verse reflejado en ella». Vamos que no se pueden llevar las cisternas limpias. Encima le han puesto al compañero 200 euros de sanción.

La otra se la han puesto, también de 200 euros, a un ciudadano gallego por no guardar la distancia de seguridad al adelantar a un perro que caminaba por la carretera. Tal y como aparece reflejado en la denuncia. Al parecer también cuando se adelanta a un animal hay que guardar una distancia similar a la que se guarda al adelantar a un ciclista, un metro y medio. Esta segunda me parece un autentico exceso de celo por parte del agente.

A veces la guardia civil tiene actitudes que no dejan de sorprendernos. Me viene a la memoria un par de anécdotas que me han pasado a mi con ellos. En una ocasión que circulaba vació de Gijon a Santander me para la guardia civil, me hacen el control de transporte y me dicen que tengo que ir a pesar a la bascula del siguiente pueblo, les digo que voy vació y me contestan: «Eso lo dirá la bascula». El consiguiente cachondeo de los compañeros que estaban en la bascula fue antologico.

Otra vez me adelanta el coche patrulla de la guardia civil y en la siguiente salida me sacan. Era febrero y hacia un frió terrible, se sube el agente y me dice: » Te he parado porque he visto que venias fumando, estoy sin tabaco y el compañero no quiere parar para que compre, así que hacemos un trato, tu me das unos cigarrillos y yo hago como que te hago un control, no pares el camión que hace mucho frió». Así que a cambio de unos cigarrillos el agente hizo el paripe durante unos minutos y pude continuar.

Evidente tengo mas anécdotas, algunas menos agradables, pero las dejare para otro día. Pero no deja de sorprenderme que, como en todas las profesiones, también en la guardia civil hay de todo. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.

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