Dicen aqui en Navarra con esa sabiduria popular que yo siempre he admirado que cuando alguien te hace las cuentas sobre tu vida, juzgando sin la menor idea lo que ganas, que tienes o como vives que «te estan haciendo el padron». Me refiero a ese tipo de personas que te hacen el balance y el analisis sobre tu vida como si de un analista especializado se tratara, permitiendose incluso, el lujo de darte sabios consejos de como has de dirigir tu vida para que, siempre segun su particular punto de vista, comiences a vivir mejor. Eso si, siempre partiendo de la base de que no tienen la menor idea de tu realidad. Pero en esto, como en muchas otras cosas, los toros siempre se ven mejor desde la barrera y ellos tienen la osadia de intentar dirigirte.

   Hasta cierto punto esta bien siempre que seas tu el que les pide consejo, pero no es el caso, no te molestas tan siquiera en comentarles detalles intimos, en cambio ellos erre que erre en su empeño de meterse en tu vida. Personalmente me joroba sobremanera esta forma de actuar porque es una invasion clara de tu libertad y, lo que es mucho mas grave, una intromision imperdonable en tu intimidad. Hay personas, incluso, que lo hacen descaradamente con la intencion de que por medio de esa invasion tu acabes contandole detalles intimos y asi tener acceso a secretos que cuando se den media vuelta no dudaran de airear a los cuatro vientos para que todo tu mundo de conocidos se entere de todo, incluso exageraran e inventaran haciendose pajas mentales añadiendo a tu escueto relato todo aquello que se les ocurra.

   A mi personalmente este tipo de personajillos me dan grima y les suelo calificar sin cortarme un pelo de «Dimecorreveteidiles de tres al cuarto». Procuro apartarme de ellos como si estuvieran infectados de un virus contagioso que me pudiera enfermar y como no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, les termino ignorando y si me tocan mucho los coj…. acabo por retirarles hasta el saludo y si encima todavia alguno tiene el atrevimiento de pedirme explicaciones le canto las cuarenta, las veinte en copas, en bastos y en oros y me quedo mas ancho que largo y mas feliz que un chiquillo con una piruleta deliciosa y a otra cosa mariposa. Que cuando estaba jodido, en el hoyo y a punto de redirle cuentas a San Pedro o a Satanas ellos huyeron de mi como de la peste y nunca tuvieron lo que hay que tener -sobre todo cuando antes se proclamaban amigos-, para tener siquiera el detalle de preguntarte como estas y ni mucho menos tocarte el hombro y aunque solo fuera por cumplir decirte «Si necesitas algo cuenta conmigo».

    Esto puede que a alguien le sorprenda y se pregunte, ¿Esto a que viene?. Pues viene a que ayer coincidi con un personajillo de estos al que hacia tiempo que no veia y confieso lleno de satisfaccion que goce como un enano mandandole a freir esparragos y a que se preocupara unicamente de seguir quejandose de Rajoy. Que se joda y que no le hubiera votado, ¡Que se la envaine!. He dicho.

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