Hoy haciendo memoria mientras escuchaba musica me he dado cuenta de que a lo largo de mis 53 años ha habido canciones en mi vida que de una u otra forma me han marcado lo suficiente como para convertirla en mis favoritas y que las sigo escuchando a pesar de que hayan pasado los años y que ya no esten tan siquiera en la memoria de mucha gente.
Recuerdo como en la pre-adolescencia llego hasta mi un casset medio pirata de un concierto en Chile de Victor Manuel en el que cantaba La Planta 14, una desgarradora cancion que describe con emocionante precision todo lo que ocurre en la boca de una mina despues de un accidente minero. Eran años de dictadura franquista y tenia que escuchar la cinta procurando que no la oyera nadie mas, ni siquiera mi familia para la que yo era un chico un poco raro porque apuntaba unas ideas politicas peligrosas. Despues siguieron otras del cantautor asturiano mas conocidas como El Abuelo y demas. Poco podia imaginar que años despues el destino me llevaria a repartir carne y que entre los clientes se encontraria el padre de Victor Manuel en su tienda de Mieres y que conincidiria una vez con el cantante que tanto admiraba y que me firmaria una foto suya que guardo entre mis tesoros.
Años despues descubri a mi siempre admirado Sabina del que nunca he escuchado una cancion que no me gustara y que si escribiera los titulos de todas ellas necesitaria mucho espacio. Para mi siempre sera el mejor. Sus letras son unicas e irrepetibles. Por supuesto no me he perdido ninguna oportunidad de las que he tenido para verle en directo.
Tambien me gustan otros cantautores como Aute, Serrat y escucho a menudo cds de Marea, Barricada, Rosendo o Dover. De la musica anglosajona poco, la que oigo en la radio.
Pero confieso que a veces aun pongo en el casset aquella vieja cinta del concierto de Victor Manuel y escucho una y otra vez aquellas canciones que me trasladan a una epoca de mi vida cargada de ideales. Afortunadamente muchas de aquellas ideas aun siguen dentro de mi porque siempre he creido que hay que mantener vivos unos principios.