La decision de a Defensora del Pueblo Soledad Becerril de no recurrir ante el Tribunal Constitucional la ley sobre los desahucios personalmente no me sorprende, es mas, era la que esperaba. ¿Alguien puede llegar a pensar que esta persona puesta en el cargo por el gobierno pudiera tomar una decision en contra del mismo?. Seria una simple ilusion. Soledad Becerril se limita a ser la voz de su amo, demostrando la total falta de independencia de una institucion a la que, por contra, se podia suponer, una postura consecuente con lo que en realidad representa esta institucion. La defensa de los ciudadanos ante las instituciones frente a la injusticia de las leyes.
El nombramiento de personas afines al gobierno de turno al frente de instituciones a las que se les supone ser independientes, como es el caso del Defensor del Pueblo o del presidente del Tribunal Constitucional, deja en entredicho el verdadero objetivo para el que fueron creadas las mismas. Una aberracion de una democracia que consiente este tipo de perversiones. No se puede utilizar la mayoria que se da a un gobierno para que nombre a personas afines a sus ideales. Se deberia recurrir a un amplio consenso entre todas las fuerzas politicas para que no se prestara a ningun tipo de duda sobre la independencia de estas personas. Pero desgraciadamente este no ocurre.
Utilizar como excusa para no recurrir la ley el argumento de que ya ha llevado el PSOE el recurso ante el alto tribunal y que no puede sumir el argumento de la PAH es una total dejacion de funciones. Una forma de lavarse la manos y quitarse de encima en problema, dejando a la institucion al pie de los caballos y sumida en una polemica que pone en duda el verdadero fin de la misma.
Son este tipo de actos los que hacen que aumente la decepcion de los ciudadanos en un sistema que se demuestra todos los dias ajeno a la realidad social. Es la clase politica la que desprestigia la democracia y siembra la desconfianza. Dando la sensacion de que tan solo defienden sus intereses. Se recurre a la mentira las veces que sea necesario sin que nadie asuma responsabilidades politicas ante los casos de corrupcion. Se miente ante El Parlamento sin la menor consecuencia politica.
Hacen falta urgentemente mecanismos que impidan este tipo de actuaciones. Leyes que sienten las bases para la verdadera independencia de instituciones basicas del Estado que garanticen la defensa de los ciudadanos. Mientras esto no ocurra la democracia estara coja y a merced de los intereses del gobierno de turno. De momento tan solo son la voz de su amo.