Ana Botella alcaldesa de Madrid, por casualidad o por una maniobra perfectamente orquestada para que llegara a ocupar el sillon de la alcaldia, no deja ninguna duda cuando abre la boca, sobre su ideologia claramente ultraconservadora y sobre su modo de actuar acorde con la forma de pensar. Este singular personaje que alcanzo fama mundial gracias a su «relaxing cup of cafe con leche en la Plaza Mayor», dejando claro que una vez mas un español es una persona que se pasa toda la vida intentando aprender ingles, pero que en su caso mas le valia haber reconocido que no hablaba el idioma del imperio que haber hecho el ridiculo tan espantoso que hizo, continua dando un dia si y otro tambien la nota cada vez que abre esa boquita que tanto intrigo dentro del Partido Popular en los años en que su marido -ahora consejero de multinacionales- era presidente del gobierno.
La ultima salida de tono de esta digna del mayor populismo barriobajero que se ha conocido nunca en la villa y corte ha sido decir que: «La reforma laboral del Partido Popular es la que mas progreso ha traido en la historia de la humanidad». ¡Ahi queda eso!, ¡Con dos ovarios! y la tia se quedo mas ancha que larga. Esto hace suponer que al igual que muchos compañeros suyos de partido, Rajoy que fuma algo mas que tabaco en los puros, Montoro que añade algo mas que leche al cafe de su desayuno, de Guindos que le da a algun alucinogeno, ella, para no ser menos, le debe de pegar al chinchon luego a primera hora de la mañana, porque de otra forma no se entiende que una persona pueda decir tantas tonterias juntas en una sola frase.
Su desastrosa gestion al frente de una alcaldia que cuenta con mas asesores que el presidente de los Estados Unidos, con un nivel burocratico superior a la de muchos paises y con una deuda multimillonaria, heredada en su mayoria, pero que ella se ha encargado de que creciera, parece que a pesar de todo, le de el poder suficiente como para meterse en charcos en los que estaria mucho mejor calladita. Personalmente siempre me ha pareccido una persona gris que esconde una ideologia del pasado que ella se encarga solita de rememorar cada poco. En la memoria quedan sus famosas meteduras de parta como aquella de las manzanas y las peras al referirse al matrimonio homosexual. Sus intentos por parecer la alcaldesa perfecta le hacen cometer los errores suficientes como para que cada dia cuente con menos posibilidades de encabezar la lista en las proximas elecciones municipales. Su llegada a la politica es una de esas tragicas consecuencias que tiene la democracia cuando alguien accede a un puesto mas por su nombre que por sus meritos.