HISTORIAS DE LA CARRETERA. 5.

Me viene a la memoria hoy la historia de un hombre de esos que siempre decimos que no deberian morir nunca: Se llamaba Jose Maria Santos Blanco, cazurro como yo, es mas de Valencia de Don Juan, a 8 km. de mi pueblo. Solo los que somos de Leon sabemos el verdadero significado de la palabra CAZURRO, muy diferente a la que nos han etiquetado equivocadamente. Pero esa es otra historia. La de Jose Maria es la de un hombre que tambien fue camionero, pero de esos de los que me acuerdo menos, los de los camiones mas pequeños y que se merecen tanto honor, o mas, que el resto.

Jose Maria nacio alla por el 13 de febrero del 53, años duros y dificiles. Cumplio aquella mili de entonces en Valladolid, llegando a ser el conductor del Teniente Coronel, lo que ya da muestras de ser un hombre honrado. Como muchos en aquellos años, alli consiguio su carnet de conducir. La inmigracion interior, aquella que llevaba a repoblar de mano de obra los proyectos industriales del franquismo, le llevo con su familia a vivir en Aviles, en el barrio de La Carriona. Fue alli donde encontro su primer trabajo, y formo la que seria su familia. Con un camion de los de entonces, creo que un Barreiros, de esos que habia que ser fuerte para mover la direccion, no como ahora que lo hacemos con un dedo. Pero repartiendo fruta en aquel almacen de entonces que estara en la memoria de muchos, con nombre rimbombante, El Gran Capitan. Fue un repartidor por Asturias, de esos que se ganan a pulso de honradez  la confianza de los clientes, de los que no les devuelven ni una manzana. De fiar, con el saludo siempre amable y la despedida alegre. Como todos trato de mejorar, de ganar mas, que eran años de mucho trabajo y esfuerzo, la familia nueva, el piso, y demas. Cambio de empresa, de esta no recuerdo el nombre, pero se que era en un almacen de construccion, trabajando duro y con alegria. 

Asi hasta que un fatidico dia, de esos que es mejor quedarse en la cama, arreglando las ballestas de aquel otro Barreiros, en el taller de Ballestas Tabaza, en su Aviles, un conductor despistado, o tal vez sin querer, le artropello. Las consecuencias, perdida de un timpano. Como las desgracias nunca vienen solas, ya no podia conducir. Pero a la familia, los hombres honrados como el la sacan adelante como sea. No queda mas recurso que bajar a la mina. En esto, los mineros se parecen mucho a nosotros los camioneros. Sabemos cuando montamos en el camion, ellos cuando entran al pozo, pero siempre, sin pensar en ello, pero con el miedo interior de no volver, o de no salir. Que eso es muy facil decirlo, pero es necesario estar alli.

Trabajo duro, diario, con la misma filosofia de la vida ellos que nosotros, como canta Victor Manuel: «Que el guaje estudie, si yo lo puedo, pa que no baje al pozo, si yo lo quiero, que pa eso su padre ya fue minero». Que no queremos que ellos pasen nuestras penalidades, pero siempre con ese orgullo interior de verles seguir nuestros pasos. Afortunadamente no fue el caso de los hijos de Jose Maria. Que ya tuvieron bastante con la mala experiencia de su padre. Que un accidente le partio las dos piernas. Sintiendose, a pesar de todo afortunado, por no dejar la vida como otros compañeros.

Llego el retiro, aun joven, poco mas de 50. Pero el que siempre fue un hombre activo, aquello le mino por dentro, despacio lentamente. Y de nuevo la mala fortuna, que tiene que cebarse siempre con los honrados y la gente buena. Un cancer de Colon, maldito mal, que bien le podia haber entrado a algun mal nacido de esos que se dedica a amargar la vida al resto. Dice un amigo mio que si Dios existe esta de vacaciones y como es eterno las coje por siglos, y asi estamos en este mundo, medio abandonados. 

Cebandose con los honrados y decentes, con los luchadores, que parecemos nacidos para perder a veces. Y se lo llevo con el, con tan solo 53 años, alla donde terminan la Estrellas. Dejo aqui el mejor de los recuerdos en quienes le conocieron. El dolor y la ausencia siempre presente en los suyos. Pero le metio en la vena esto de la carretera a su hijo Antonio Jose. Que el guaje curra reponiendo en un supermercado, y entre caja y caja sueña con la carretera. Con subirse a un camion de los de ahora y viajar por el mundo. La familia seguramente le dira de todo, que no se le ocurra, que abandone la idea. Pero el tiene la ilusion de ser camionero, Y como buena mezcla de cazurro y asturiano, se saldra con la suya. Que si que los Astures mucho llamarnos «cazurrines», pero en cuanto suben el Pajares se quedan en Leon. Que si, que mi tierra leonesa tiene mas de asturiana que de castellana. Que yo lo veo. O tal vez sea porque vi a mi tio Jose retirarse de la mina en el pueblo.

Asi que sirva esta historia de homenaje a esos otros conductores, que como Jose Maria, se ganan los garbanzos cada dia, callejeando, peleando con municipales y con los que ocupan los vados de carga y descarga, con las Esperanzas Aguirres de turno y de los Esperanzos que hacen lo que les da la gana y se creen amos de la calle, pero que se cabrean si no esta la fruta fresca. Como si el arbol estuviera alli plantado. ¡Pobres ignorantes del Mundo!.

Espero no haberme alargado mucho, Pero Jose Maria Santos Blanco se mereceia esto y 10 tomos mas. Un abrazo camionero desde aqui abajo y sigue velando desde alla donde estes por el guaje, que sera camionero. Tiempo al tiempo. ¡¡¡BUENA RUTA!!.

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