Fabricando monstruitos.

Viene a cuento el titulo de hoy por lo casos de acoso escolar que están saltando a las noticias en los últimos días, aunque se han producido siempre, en mayor o menor medida. Pero me produce indignación, rabia y bochorno que un niño pueda llegar al extremo de suicidarse porque unos «cafres», «descerebrados», «ignorantes» y «monstruitos» que tienen por compañeros de clase, puedan llevar hasta tal extremo el acoso, los insultos y la marginación, contra aquellos que son diferentes a ellos, simplemente porque van al colegio a estudiar y tener conocimientos para al futuro. Pero me surge una pregunta ¿Quién son mas monstruos, ellos o los padres que les crían?

Y digo crían, por no escribir palabras mas fuertes. Porque da la sensación de que están fabricando monstruitos capaces de la crueldad mas extrema, con esa inquina que a veces un tanto inconsciente tienen los niños, alentados por los «gallitos de turno». Esos que odian los libros, la educación y todo aquello que no sea seguir las modas dictadas, los videojuegos violentos, la fama pueril y vacía de quienes en la sociedad de hoy triunfan en la televisión sin haber superado la educación básica. Esos especímenes que odian todo lo que sea acumular conocimiento, aunque después se beneficien de los resultados de los que de verdad estudiaron, porque ellos por sí solos serian incapaces hasta de diseñar los botones básicos del teléfono móvil que usan.

Pero vivimos en una sociedad en la que muchos padres creen y -hasta están convencidos- de que a sus hijos les tienen que educar en el colegio, que ellos no tienen ninguna responsabilidad, como si les enviaran a un aparcamiento durante unas horas del día para que no molestaran en casa. Padres que traen hijos la mundo y luego se comportan con ellos como si fueran una carga que les quita libertad. Ignorantes ellos de que al colegio se va a adquirir conocimientos y enseñanzas para el futuro, pero no a que los profesores les tengan que enseñar las normas mas básicas de educación y comportamiento cívico. A portarse como personas y no como bestias despidas.

Esos padres deberian reflexionar y ser solidarios hasta el extremo con los padres de aquellos niños victimas del acoso escolar. Ademas de colaborar activamente para erradicar ese mal, en lugar de enfrentarse como hacen algunos a quienes les reprenden la actitud salvaje de sus hijos. Vivimos en la sociedad de la prisa. En la que no solo se aparca a los hijos, también se les aísla del mundo real, muchos padres evitan la educación de las buenas formas, alientan la violencia de sus hijos, promueven actitudes que luego ellos copian. Como si en esta sociedad solo pudieran sobrevivir los que van por la vida a puñetazos y patadas contra el resto.

Están creando monstruos del futuro, autómatas pegados permanentemente a un móvil o un ordenador, ajenos a los juegos de toda la vida, aislados en su propio mundo con tal de que no den guerra en casa. Es patético ver familias enteras juntas y aisladas al mismo tiempo, cada uno en el mundo virtual de su móvil, como si el resto no importara. Tal vez deberian aplicarse leyes que promovieran y protegieran a aquellos que son diferentes a esa minoría embrutecida de monstruitos criados por unos padres que -si no lo remedian- sus hijos serán mucho peor que ellos cuando lleguen a la edad adulta. Pienso. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.

 

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