DEMOCRACIA REAL YA, NO ESTO.

    La tactica seguida por Mariano Rajoy en esta crisis que salpica y pone en duda una vez mas a todos los estamentos del Estado, negarlo todo y escudarse en la facil excusa de culpar a oscuros intereses y a un misteriosa mano negra de mover hilos para derrocar de forma vil a un gobierno elegido por mayoria no hace sino resucitar viejos fantasmas en una situacion que recuerda a la que sufre un desequilibrado mental afectado de psicosis maniacodepresiva que sufre delirios de persecucion.

    Vamos a ver. Si como el dice los papeles de Barcenas son falsos, si su honradez esta fuera de toda duda, si esta dispuesto a demostrar que sus ingresos desde que comenzo a trabajar son licitos, ¿Porque no tiene la decencia de dimitir y dejar todo este turbio asunto en manos de la justicia hasta que todo se aclare?. Seria un acto supremo de honradez politica valorada por todos los ciudadanos y si se demuestra que es inocente volveria a la politica mas inmaculado que nunca y con un prestigio que jamas soñaria tener si sigue actuando asi. Vuelvo una vez mas al viejo dicho de que: «La mujer del Cesar no solo tiene que ser honrada, sino que ademas tiene que parecerlo». No le basta al ciudadano de a pie unas explicaciones leidas y muchisimo menos retransmitida a todo el pais atraves de una television de plasma con unos periodistas como simples espectadores a los que hubiera bastado seguir su comparecencia desde sus casas y lo mas vergonzoso aun, sin admitir preguntas.

   A los españoles de a pie ya no nos sirve de nada eso tan manido del «Y tu mas», porque a lo largo de nuestra reciente historia democratica los chorizos y ladrones de toda la vida, los sinverguenzas cinicos nos han dado suficientes muestras como para que desconfiemos de la clase politica y de que por culpa de unos pocos desconfiemos de todos metiendolos en el mismo saco. Es la estructura arcaica y antidemocratica de las listas cerradas de los partidos lo que obliga a que los militantes sean meros comparsas y que sean esclavos de la dicatdura interna del partido, haciendo real aquella famosa frase de Alfonso Guerra de: «El que se mueva no sale en la foto». Mientras no tengamos una democracia real en la que los candidatos peleen calle a calle su voto sin militancia en ningun partido y que luego una vez elegidos se adhieran a la idelogia mas afin a la suya eligiendo un presidente no podremos hablar de una democracia. Lo nuestro en un simulacro de la misma cautiva siempre de los lideres, sean nacionales, regionales o locales.

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