Por mucho que sigan pasando los años, no dejan de sorprenderme esas personas que siempre imaginan, incluso dar por hecho, situaciones, actos, o ideas, en los demás, sin que se hayan producido. Tal vez llevados por ese afán personal que tenemos a veces de pretender, inconscientemente, que otros hagan lo que nosotros somos incapaces de hacer, o que haríamos en su lugar.

Viene este a cuento porque en el proyecto que hemos iniciado mas de 1.100 personas, de momento, para intentar crear un sindicato de conductores asalariados, totalmente independiente, con una nueva óptica y filosofía, absolutamente diferente a las formaciones existentes actualmente, siempre salen aquellos que intentan poner palos en la rueda, pero dando por hecho anticipadamente algo que ni tan siquiera se ha planteado. Dejan libre su imaginación, sueltan sus traumas particulares sobre otras organizaciones cuyo nombre empieza con la misma palabra, y dan por anticipado hechos y actuaciones que todavía no se han dado.

Puede que sea porque la palabra sindicato les produce una especie de alergia, como si, por ejemplo, la palabra persona les produjera rechazo por el simple hecho de conocer a algunas personas que son criminales, ladrones, o malas personas. Creo yo que eso no significa que todas las personas sean deplorables ¿O no? Pues eso. Toda organización humana en la que se pretende reunir a personas con intereses, demandas u objetivos comunes, requiere una calificación de principio. Llámese como quiera, sindicato, organización, asociación, plataforma, o cualquier otra. Creo que el nombre es lo de menos, lo importante son los objetivos que persigue, su fundamento interno, su forma de funcionar, tanto interior como exterior, y todo lo demás.

En todo punto de encuentro, lo verdaderamente importante es la participación de las personas que están en el, que sea libre en todos sus aspectos, democrático, que se respeten unos mínimos de educación y respeto hacia el resto, sencillamente porque hay muchísimas formas de expresar ideas y conceptos, sin necesidad de recurrir a insultos, palabras mal sonantes o descalificiones. Dando lógicamente la razón a nuestros compañeros cuando la tienen. Sumando ideas, nunca restando. Con el único fin de mejorar continuamente, para no volver a caer en errores del pasado que, a todos nos decepcionaron. Porque también los errores y fracasos del pasado tienen mucho de positivo, si somos capaces de aprender de ellos lo bueno y aplicarlos como experiencia para el futuro.

No quiero decir con esto que se pretenda excluir a nadie. Simplemente que antes de entrar a opinar y debatir no hay que centrarse únicamente en la cerrazón de nuestras opiniones. Creo que hay que tener en cuenta las del resto, leer los fines que se pretenden, aportar con buena voluntad, dejar polémicas y debates inútiles para otros temas y lugares. Pero sobre todo, no creerse nunca en posesión de la verdad absoluta. Lo otro, lo de dar por hecho situaciones y conceptos que no se han producido es sencillamente un error. Es vivir vidas ajenas, hacerse pajas mentales, pero sobre todo, correr un grave riesgo de equivocarse y que con el paso del tiempo alguien les pueda echar en cara sus comentarios del pasado.

Claro que para entonces, ya se encargaran de negar lo que dijeron en un ejercicio supremo de cinismo, por mucho que se les pueda demostrar con pruebas, con lo cual quedaran en mal lugar, pero dará igual, el cínico tiene eso, que es capaz de negar hasta que hace calor en una tarde de Agosto en Sevilla con 45 grados. Evidentemente de todo hay en este mundo, como siempre allá cada cual, que la imaginación es libre. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.

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