Hay un viejo dicho que afirma que un español es una persona que se pasa el resto de su vida tratando de aprender ingles y la verdad es que tiene mucho de cierto. Pero un politico español ademas de eterno aprendiz del idioma lo es con osadia, como tiene que ser, con dos cojones, que para eso somos mas chulos que nadie y si se trata de la alcaldesa de Madrid mas todavia, menudo caracter tiene la Botella, si al fin y al cabo fue ella la que en realidad mandaba en este pais durante los años de su marido como presidente del gobierno ¿Alguien tiene alguna duda de lo contrario?. Que pruebe a ver quien es la que manda de verdad en su casa, el que afirme lo contrario miente como un bellaco. Asi que tratandose de Ana Botella razon de mas.
Lo de ayer en la ceremonia de eleccion de los juegos olimpicos de 2020 fue de traca, digno de la mejor pelicula de Berlanga. Lo del cafe con leche y la cena romantica en el Madrid de los Austrias para tirarse por el suelo de la risa. La parrafada que les solto Rajoy, sin salirse ni una como de lo que tenia escrito, digno de toda una tesis doctoral, pero lo mejor de todo fue ese espiritu tan español de llenarse de euforia y creernos vencedores, eso tan nuestro de vender la piel del oso antes de cazarlo.
Rematar una presentacion en un ingles de segundo de primaria diciendoles a los miembros del COI que este es un pais alegre, que sabemos disfrutar de la vida como nadie y que estamos siempre de cachondeo es ponernos a los pies de los caballos. Imangiense a los que tenian que votar escuchando todo esto mientras miraban a un presidente del gobierno cercado por la corrupcion dentro de su partido y masacrado por las encuestas. A la alcaldesa de Madrid que tiene mas asesores personales que toda Alemania junta, contando incluso con un asistente personal dedicado a llevare el cafe al despacho, con el ayuntamiento con la mayor deuda de Europa y comportandose en sus manifestaciones publicas como alguien antidiluviano, ¿Se acuerdan de lo de las peras y las manzanas? y de sus continuas salidas de tono. Todo esto aderezado con ese ingles que usamos los que no tenemos ni idea para intentar explicar a un guiri donde queda una calle. Ademas para rematarlo todo observando a un principe representante de una monarquia salpicada -como no podia ser menos- por la corrupcion, con noticias continuas sobre los desmanes de uno de sus miembros. Liderando a los deportistas una antigua corredora salpicada por un escandalo de dopaje y convenientemente escondida en un cargo politico. De traca. ¿Que esperaban?.
Ademas tienen toda la razon al afirmar que el dinero que pensaban invertir en unas futuras olimpiadas nos vendrian mucho mejor en otro tipo de inversiones. Por cierto, nunca sabremos la verdad sobre lo que nos ha costado esta nueva ocurrencia de Ana Botella y los suyos.