Desconocido inocente, o no tanto: Mira tu por donde, que el mundo es un pañuelo, -llenos de mocos que dicen en mi tierra-, ahora, en este desmadre en el que se ha convertido el transporte en España, en el que otros parecen de pronto culpables de nuestros males, como si aquí nadie hubiera hecho nada. Como si nosotros no fuéramos en mayor o menor medida culpables de lo que pasa. Sobre todo los que llevamos años en esto, pero tu te declaras públicamente «inocente», hasta «victima», en un ejercicio de cinismo e hipocresía digno de la mejor tesis doctoral. Pero a lo que voy, que me lió y salgo por los cerros de «La Pepa». No me vengas ahora contando batallas, olvidándote hasta de tu propio pasado. Tan solo porque eres, según tu, «un pobre autónomo» al que han atrapado en sus garras las grandes multinacionales del transporte, que no me creo yo que nadie te pusiera una pistola cargada en la cabeza para que trabajaras para ellos. Di la verdad, que te cegó la avaricia, que viste como otros estrenaban camión nuevo mientras tu arrastrabas chatarra. Que entraste al enganche cegado por los cantos de sirena, pero sin leerte la letra pequeña. Luego te fueron apretando poco a poco la soga al cuello, plenamente conscientes de que tu eras mas feliz que un niño con juguete nuevo, subido en la cabina del camión. Pero con las letras pisándote las faldillas traseras. Vamos que no parabas ni en los semáforos por miedo a que te adelantaran.
Te haces el «longuis» y hasta el noruego, por no caer en el tópico de sus vecinos, cuando te mencionan eso de las cargas y las descargas. No dudas en echar la culpa hasta a tu suegra. Pero te olvidas que tu, y otros como tu, cuando nadie descargaba, ni cargaba camiones, fuisteis los primeros que echasteis manos de la tras-paleta. Si, no me lo niegues. Que empezasteis con la disculpa de las prisas, que como los camioneros siempre vamos siempre con el reloj pegado al culo .-sobre todo si es viernes- y los carretilleros y encargados no son tontos, pues eso. Se les abrió el Cielo.
Total que aquello que hicisteis en su día, encima lo pregonabais los «inocentes» como tu a los cuatro vientos, como si hubierais hecho la valentía del año y del siglo. Las prisas aquellas por llegar antes a casa, la carga y descarga, se convirtió en costumbre y esta en ley. Detrás fuimos los conductores asalariados, que también tenemos nuestra parte de culpa en esto, unos por dinero, otros por lo que fuera o les saliera de los… -eso de lo que presumen muchos, pero que solo tienen en la boca- total que estamos como estamos.
Que no me vale ahora eso de: «¿Que fue primero, si el huevo o la gallina?» Pero que nadie olvide los orígenes, quien fue, quienes fueron, los primeros que le pusieron la cascabel al gato. Pero claro ahora que estamos todos con el agua al cuello, esta muy bien eso de llenarse la boca con palabras como UNIÓN, DIGNIDAD, SOLIDARIDAD, y todo aquello que se te ocurra. Justamente ahora cuando hasta el momento demostraste que eran cosas ignorabas por ti, es mas, dudo que ni tan siquiera estuvieran en tu vocabulario, pero si alguna vez las oíste, seguramente las asociaste a una canción del difunto Manolo Escobar.
Así que desconocido «ignorante», o no tanto, no me cuentes milongas. Ni mucho menos utilices tu escaso vocabulario y tu incultura fingida para insultarme a mi y a los compañeros cuando a ti te convenga, sencillamente por eso de que la verdad es dura y duele. Pero ademas no te bañes hasta las orejas en el cinismo para llamar a renglón seguido a aquellos a los que ofendes con la palabra mágica de «compañero», que esta ultima se usa con mucha facilidad sin saber su verdadero significado. Es mas, esta muy usada y desgastada en esta profesión nuestra, y mas o menos todos, desconfiamos de ella. Porque a diario vemos como aquel que hace una hora te llamo «compañero» casi te lleva la cabina del camión al adelantarte. En fin, pues eso. Hasta la próxima. Para el resto ¡¡¡BUENA RUTA!!!