A fuerza de ser repetitivo tengo la sensación de que no acabamos de darnos cuenta de una maldita vez de la realidad por la que esta atravesando el transporte en nuestro país, eso o que preferimos mirar para otro lado en un intento inútil de evadirnos de la realidad, como si por arte de magia desapareciera, de pronto y amaneciéramos en un mundo ideal en el que todo seria maravilloso y «Tralarin tralaran, los pajaritos cantan y las nubes se levantan…. y a correr por hermosos prados llenos de flores», pero ¿A que no?

Seguimos cual masocas despiadados soportando una injusticia tras otra, con los sueldos cada vez mas menguados, con el precio de los transportes por los suelos y bajando, los autónomos cada día mas ahorcados y victimas de este circulo vicioso, arrastrando deudas y chatarra, arriesgando patrimonio personal y familiar. Sometidos al yugo que imponen las grandes empresas de logística que no arriesgan nada y que se limitan a actuar como meras agencias de transporte. Con la traición cainita de que «el compañero» que ahora tienes al lado en cuanto se de media vuelta seguramente te quitara algun viaje, eso si, a un precio mucho mas bajo que el tuyo, que ya va apurado al máximo.Y todo así, día a día, cada vez peor.

Pero ahí seguimos, egoístas en nuestro propio mundo, creyéndonos mas listos que nadie porque nos alegramos de las desgracias ajenas, inconscientes de que es muy posible que mañana, sin ir mas lejos, sean ellos los que se alegren de las nuestras. Insolidarios hasta el extremo, filósofos de barra de bar y de tertulias de espera. Que si, que todos sabemos las soluciones y la fuerza que atesoramos, pero no damos los primeros pasos. Sencillamente porque nos hemos vuelto tan desconfiados que hasta nuestra propia sombra nos alarma y nos hace ponernos en guardia.

Por el camino se ha quedado aquella solidaridad de la carretera de la que hacíamos gala. Ahora todos sabemos que es mínima. Parecemos tan machotes y tan valientes que solo nos crecemos ante aquellos compañeros que parecen mas débiles. Pero somos cobardes y sumisos hasta el extremo con los que nos parecen mas fuertes. No nos damos cuenta de una maldita vez de que sin nosotros no serian nada, que tenemos el poder suficiente para hacerles hincarse de rodillas y asumir una por una todas nuestras demandas.

Aun así, a fuerza de repetirme, habrá quien piense que soy pesado, que siempre estoy con la misma canción y que ya huele tanto pesimismo que salen de estas manos que escriben, pero no me importa. Escribo libremente lo que pienso y siento, seguro que habrá alguien que lo entienda, con uno solo me basta. No es mi afán ser profeta, ni mucho menos, solo pretendo despertar alguna conciencia adormilada que se niega a bajar de la nube equivocada en la que vive, con eso me doy por satisfecho. Aun a riesgo de tener que soportar insultos por parte de quienes equivocadamente ven enemigos cercanos. Cuando en realidad son otros quienes les machacan a diario de una forma mucho mas sutil. Por ese defecto humano de no querer ver la realidad. Sobre todo cuando uno no escribe lo que ellos quisieran leer.

No vale solo con hacer comentarios humorísticos en las redes sociales, o colgar fotos de mujeres mas o menos ligeras de ropa. Hay una realidad que por mucho que intentemos evitarla va en aumento y ya va siendo hora de que nos planteemos coger el toro por los cuernos. Porque de lo contrario aquellos que tienen como objetivo seguir aumentando beneficios a nuestra costa tendrán cada día mas libertad para hacerlo. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.

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