A veces uno no puede por menos de sentir vergüenza ajena al ver ciertos comentarios en las redes sociales. Me quiero referir en primer lugar en los comentarios posteriores nada mas ocurrir el lamentable accidente sufrido por un autobús en Lille con pasajeros españoles, en este caso estudiantes. Parece como si de pronto aquí todos los que hacen comentarios despectivos hacia el compañero conductor hubieran nacido con un volante debajo del brazo y antes de los primeros lloros ya hubieran hecho mas de un millón de kilómetros.
En lugar de intentar ser un poco solidarios y pensar que ante todo somos humanos, que cometemos errores. Que como suele decirse: «Hasta el mejor músico desafina». Aquí en esta España nuestra, tan particular, cainita y cruel donde las haya. Capaces algunos descerebrados de subirte al Cielo y a los dos segundos bajarte a los infiernos. Algunos son de sangre demasiado caliente y no tienen un mínimo de humanidad cuando la ocasión lo requiere. Paso de los comentarios de aquellos que lo mas redondo que han visto en su vida es una pastilla de chocolate -del de comer- porque se les nota a lo lejos que no saben ni conducir una bicicleta. Pero que crucifique cual juez implacable un compañero a otro, sin pensar tan siquiera que todo se deba -como en el 99 por ciento de los accidentes- a un error humano, es bochornoso. Claro que el destino que es el mas justiciero de todos; terminara haciendo pagar tarde o temprano, con otro accidente, desgraciadamente, a los «listillos» que van por la vida siendo mas papistas que Francisco I. En fin, allá la conciencia de cada cual.
No puedo por menos de sentir vergüenza ajena cuando, después de estar los últimos días, en esas pausas que se nos hacen eternas entre la carga y la descarga, a esas horas de la madrugada. Cuando veo al «bocazas» de turno darnos un mitin sobre lo machito que es, las valentías que hace, los guardias civiles que -según el- se come crudos y todas y cada una de las tonterías que se le ocurren. Despotricar contra la empresa cargadora, alardeando de ponerle las pilas al jefe de la misma y todo lo que le de la gana decir. Para ver con mis propios ojos como anoche le hacia la pelota y le reía las gracias, con invitación al intomable café de maquina incluido, con tal de que le cargaran primero que a los demás. Ofreciéndose incluso a echar una mano en la carga, cuando esta prohibido por las normas internas de la empresa. La pregunta que me viene y que hago es: ¿Cuantos de estos personajes conocemos, para desgracia nuestra?
No puedo por menos de sentir vergüenza ajena cuando veo con mis propios ojos como aparecen «fantasmas» que se creen que por el simple hecho de haber leído dos leyes ya son abogados, es mas, van por la vida de ello. Se ceban cual cenutrios en llamar al resto ignorantes, con prepotencia e insultos incluidos si no se les da la razón. Tachando al resto de lo que haga falta, o se les ocurra. Incluso llamando a los demás dictadores, acusándoles de censurar sus opiniones. Cuando en realidad los dictadores fascistas son ellos, es mas, los ignorantes e incultos también lo son. Sobre todo porque con sus opiniones demuestran carecer de lo mas básico en una persona, que es la educación, ademas de la humildad. Necesaria para ir por la vida y dar la razón a quien la tiene. Retratándose públicamente ellos sólitos.
No es que uno sea perfecto -ni muchísimo menos- al contrario, personalmente me considero que me equivoco mas que nadie afortunadamente, lo que me demuestra que sigo siendo humano. Dios me libre de sentirme perfecto y de dejar de agradecer cuando alguien me saca de una duda o de un error. Algo que valoro como eterno aprendiz de la vida. Pero creo que muchas veces algunas personas deberían de pensarse las cosas hasta 20 veces antes de abrir la boca o darle a una tecla. Como siempre ¡¡¡BUENA RUTA!!!.
No puedo estar más de acuerdo con usted.
Desgraciadamente , en nuestra profesión prolifera esa especie , fanfarrones que se jactan de lo machotes que son.
Pero no es más que una pose ,en realidad son unos pobres desgraciados que estan siedo explotados .
Su problema es son tan zotes que no se enteran.
Su vida es tan miserable que se alegran de las desgracias ajenas.
un saludo