Ayer no podia dar credito a la noticia que leia en la prensa: «Urdangarin puede ser desahuciaddo». Al parecer el famoso caradura yerno del rey no ha pagado los dos ultimos trimestres de la hipoteca de su «modesta casa de Pedralbes», ¡Que pena!. ¡Vaya por Dios!, otro problema que me quitara el sueño en los proximos dias. No puedo soportar la idea de que el pobre hombre y su regia esposa sean expulsados de su discretisima casa, tan pequeña y modesta, y todo porque con la mejor voluntad del mundo la compraron tan solo por 5 millones 800.000 euros -mas o menos como la mayoria de los españoles hipotecados-, convenciddos como estaban entonces de poder hacer frente a los pagos, teniendo en cuenta que los dos tenian un sueldo de poco mas de mil euros mensuales -ja,ja-.
Aparte de ironias ya me imagino el espectaculo cuando llegue el secretario del juzgado con la orden de desahucio acompañado por la policia y con los bomberos negandose a romper la cerradura. Con la calle llena de manifestantes de la plataforma contra los desahucios pidiendo a gritos que no se lleve a cabo el mismo y solidarizandose con los inquilinos al tiempo que invitan a todo el vecindario a sumarse a la protesta. La imagen apareciendo en todas las televisiones del pais y del resto del mundo serian impagables. Si ademas tienen el detalle de sumarse a la algarada callejera su suegro el rey, la reina ataviada con una camiseta verde de la plataforma, su cuñada la infanta Elena y los principes Felipe y Leticia protestando, ya seria la hostia. Todos juntos a grito pelado pidiendo al gobierno de Rajoy que de una vez apruebe una ley contra los desahucios y a favor de la dacion en pago, enferentandose a empujon limpio contra los policias antidisturbios, y encima si para colmo, el rey resultara herido por la porra de algun poli descontrolado, eso seria ya el no va mas.
Tranquilos que tanto «Urtangarin» como su esposa las infanta Cristina no terminaran en un piso de renta baja de esos de alquiler social, ni sus niños teniendo que comer de las bolsas que les den Caritas o la Cruz Roja, ni mucho menos sus padres se veran obligados a hacer cola ante el Banco de Alimentos. Tampoco espereis que el yerno acabe con sus huesos en la carcel por chorizo y sinverguenza, ni mucho menos su esposa implicada ante el juez en los turbios negocios de su marido. En este pais nuestro «la justicia» solo se ejerce contra los pobres ciudadanos indefensos que no pueden pagarse carisimos abogados.