SON TOROS NO CABRAS.

   Hoy ha sido el dia mas tragico desde que comenzaron las fiestas de San Fermin, el encierro ha mostrado en toda su crudeza el comportamiento de los toros, unos animales que en contra de lo que pueda parecer, son criados en estado salvaje y cuyo sentido natural de superviviencia les convierte en peligrosos sirviendose para ello de sus cuernos. Hasta aqui es algo que todos entendemos, sobre todo los españoles, por lo tanto en esta fiesta tan singular, no solo se limitan a ser lidiados en la plaza en la tradicional corrida en la que se enfrentan el toro y el hombre, aunque es digno reconocer que es un combate desigual porque el torero se sirve de muchisimos mas recursos que el animal, pero esto es otra historia totalmente diferente. Asi que voy al fondo de la cuestion.

   Los que vivimos aqui en Navarra vemos desde otra optica totalmente diferente la fiesta a como la ven los cientos o millones de visitantes que acuden a Pamplona en estos continuos dias de fiesta que se viven permanentemente durante las 24 ahoras, no solo en torno a los toros. Es una fiesta en la calle en la que abunda desgraciadamente -para mi gusto- el alcohol, pero tambien el buen humor, la alegria y los permanentes actos. Asi en un simple recorrido desde el inicio de Carlos III hasta la Plaza del Castillo uno se puede encontrar de todo, bailes modernos, tradicionales de cuaquier cultura, artistas callejeros, alegria y diversion a raudales con un publico variopinto. Da exactamente igual el origen de los visitantes, todos se integran en una fiesta donde para los navarros nadie es extranjero, lo que demuestra claramente su abierta hospitalidad. Pero el encierro es otra cosa totalmente diferente.

    Los corredores navarros son profesionales que se preparan concienzudamente a lo largo de todo el año soñando con poder hacer su carrera al menos en un encierro. Nunca superan recorridos de mas de doscientos metros y los espectadores que saben apreciar su buen hacer valoran y apluden una carrera bonita, delante del toro, conservando la elegancia, con las astas a centimetros de su cuerpo. Pero no solo corren, tambien se preocupan del resto de corredores, atentos siempre a cualquier incidencia, generosos cuando alguien necesita ayuda proporcionando quites y llamando la atencion del animal hacia el objetivo principal, la llegada de la manada a la plaza. Luego estan los otros corredores, los que como uno de los heridos de hoy, el castellonense, son habituales de varios años, conocen el peligro, no beben y tambien se preparan concienzudamente para sentir la adrenalina de la carrera en sus venas, son conscientes del peligro, tienen miedo, que no panico, porque el miedo aviva los sentidos, el panico los agarrota. Mala suerte el español herido de hoy, pero si veis detenidamente las imagenes comprobareis como le salva la vida un anonimo corredor arrastandole por el suelo lejos de la peligrosa cornamenta. Para desgracia estan los otros, los corredores peligrosos, no solo ponen en riesgo su propia vida, tambien la del resto. Creen que el encierro es unicamente lo que ven en las pantallas de sus paises donde solo les muestran lo bueno. Desconocen que el toro mata -como dicen aqui-, que la manada sigue a los cabestros, de ahi los encierros limpios, pero si el animal por la circunstancia que sea pierde su atencion sobre los bueyes, si se distrae o queda descolgado, entonces el animal al sentirse acorralado se defiende como sabe con sus cuernos y no distingue entre profesionales o aficionados. Este año han aumentado los «guiris» tontos del culo con camaras que creen hacer la valentia de su vida grabando el encierro, para agrandar su propio ego o enseñarselo a sus paisanos. He visto la llegada de la manada a la plaza y la posterior suelta de vaquillas y como el publico ridiculiza y se burla de estos «listillos» cuando alguno de los animales le da el correspondiente revolcon al inepto grianto a coro: ¡¡»Tonto, tonto, eres un tonto..!!. Asi es esta fiesta.

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