«POR SUS OBRAS LES CONOCEREIS».

    Haciendo buenas las palabras de Jesucristo cuando se referia a los falsos profetas, en el caso del gobierno de Mariano Rajoy esta es una gran verdad, una verdad divina. No es necesario hacer aqui memoria de sus famosas promesas incumplidas, de lo que alardeaba que nunca haria y que al final hizo, muchas veces sin perder tiempo, justo a la semana siguiente. De sus «Donde dije digo ahora digo Diego» y asi lleva ya 19 meses. Con la credibilidad perdida, no solo a nivel nacional, tambien internacional. Pero aun nos quedan muchas sorpresas y, mas si decide como parece, permanecer en el cargo hasta agotar la legislatura.

   Esta sera una semana clave en la carrera politica del presidente del gobierno. Su comparecencia ante el Parlamento el proximo dia 1 de agosto marcara un antes y un despues. Un antes si decide ser honrado y contar toda, absolutamente toda, la verdad sobre la financiacion ilegal de su partido en los ultimos años y, que por mucho que se empeñe el y la cupula de su partido por negar, ya nadie se cree. Salvo algun iluso, que siempre los hay. Decir la verdad seria todo un gesto de honradez que le salvaria de pasar a la historia como el peor pressidente del gobierno de nuestra joven democracia. Claro que despues no le quedaria mas remedio que dimitir e irse a su casa, o a su puesto de registrador de la propiedad. No sin antes, eso si, de poner orden interno en su partido y que rodaran cabezas -figuradamente se entiende-.Con una limpieza total, dejando paso a caras nuevas e inmaculadas que hicieran del PP lo que debe ser, un partido conservador, liberal, o como quiera llmarse, moderno y adaptado a los tiempos, con una verdadera y autentica cultura democratica, tanto interna como  externa. Algo, por cierto, que tambien deberian hacer el resto de los partidos.

    El despues lo marcara minutos despues de su comparecencia parlamentaria. Si se empeña en negar todo, en seguir sin nombrar a Luis Barcenas, como si de un demonio se tratara. En soltarnos el rollo de sus «logros economicos», esos que tan solo el y su gobierno ven. En presentarse como paladin de la democracia como si fueran ellos, los conservadores, los inventores de la misma. En autoproclamarse como salvador del Estado, el que nos sacara de la ruina economica. Culpando una y otra vez al gobierno anterior. Por cierto, algo que prometio no hacer. Arrojarse sobre sus espaldas la pesada carga de sacar adelante este pais a costa de reformas que van en contra de su voluntad. Pero negando que solo las pagamos los ciudadanos de a pie y nunca los poderosos, etc, etc. Mariano Rajoy habra cavado su propia tumba politica  en vida y al final el descontento social, mas pronto que tarde, le acabara arrojando fuera de La Moncloa. Porque la paciencia cada dia es menos.

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