INCLUSO EN ESTOS TIEMPOS..

Incluso en estos tiempos en los que parece que vivimos en el mundo ideal, rodeados de comodidades, tecnología, medios de comunicación, redes sociales y todo lo demás. Con suficientes medios para estar permanentemente informados de los que sucede a nuestro alrededor. Con la posibilidad de elegir la tendencia política de quien deseemos que nos diga lo que pasa en el mundo. Incluso en estos tiempos -decía- no esta mal que de vez en cuando alguien nos baje al suelo de la realidad. Nos recuerde que estamos peor incluso que en el pasado tan lejano y cercano a la vez como el de hace apenas 20 años.

Viene esto a cuento después de una agradable conversación con un hombre que tenia 3 meses cuando en plena guerra civil -o incivil- mataron a su padre que luchaba en el frente de Asturias con el bando llamado «rojo» que perdió la guerra, que posteriormente se le criminalizo hasta el extremo, cuando en realidad era el que defendía el orden constitucional y la ley votada por la mayoría del pueblo. Pero esa es otra historia, muy amarga, por cierto. En aquella relajada conversación me hizo darme cuenta de lo poco que valoramos en la actualidad los derechos que tenemos. La falta de responsabilidad colectiva por conservarlos y luchar con uñas y dientes porque no nos los quiten. La sumisión y el egoísmo en el que estamos sumidos.

Tal vez sera porque las nuevas generaciones se los han encontrado y los consideran como algo que no valoran lo suficiente porque piensan que son para toda la vida. Mientras viven en un mundo irreal, alejados de ese hambre de libertad y de justicia social. Mientras aquellos a los que con los votos de la mayoría se encargo nuestro destino, se preocupan de recortarnos derechos y libertades poco a poco, con mucha sutileza; en eso que escribía hace días de circo y diversión para el pueblo, mientras entre bambalinas trapichean con nuestra vidas y nuestro futuro.

Oír de la boca de alguien que acumula años y años de discriminación y sufrimiento por ser simplemente hijo de un «rojo». Ver en sus ojos el dolor y la rabia contenida mientras miraba las montañas de los picos de Europa sin saber muy bien en que parte exacta de aquellas cumbres había muerto su padre de un disparo. El dolor de no haber podido nunca darle un entierro digno porque el cuerpo sigue estando desaparecido. Tener que abandonar la tierra en la que nació recién cumplidos los 18 años para ganarse la vida a mas de 500 kilómetros, harto de ser explotado por un misero plato de patatas mal cocidas. Escuchar como tuvo que ganarse la vida y los derechos a base de luchas, de huelgas, de solidaridad colectiva contra los opresores que les querían hacer trabajar las horas y los días que a ellos les daba la gana. Eso estremecía y me hacia sentirme mas indignado y solidario. Mas deseoso de pelear por esta dignidad que estamos perdiendo y consintiendo con nuestro egoísmo cercano.

Nosotros, los profesionales de la carretera, que siempre hemos sido solidarios hasta el extremo, compañeros por encima de todo. Caballeros de la vida, dispuestos a ser los primeros en echar una mano a quien lo necesitara. Ahora cuando uno ya hace tiempo que peina canas, ve como se esta convirtiendo esta profesión en una selva en la que parece que salimos cada día a la carretera como hienas a devorarnos entre nosotros mismos. Cuando es mucho mas bonito y nos hace sentirnos mejor si encontramos amabilidad y compañerismo y al mismo tiempo lo ponemos en practica. Sencillamente porque ya es bastante duro de por si tener que estar días, semanas y meses alejados de los nuestros. Que si, que nadie nos va a devolver y a respetar nuestros derechos si no empezamos por nosotros mismos a reclamar los pedidos y a luchar por los presentes y futuros.

Menos patriotismos y fronteras imaginarias, mas solidaridad colectiva y mas curas de realidad. Que vivimos en un mundo en el que ya es igual de donde uno sea, simplemente porque no elegimos donde nacer, que nos nacen. Que nos tienen que doler por igual las injusticias sea quien sea quien las sufra, porque mañana podemos ser nosotros quienes las padezcamos. Que son otros los que nos las hacen sufrir, los que nos pisan los derechos. Ya esta bien de vivir en un mundo irreal y de intentar devorarnos entre nosotros mientras los que nos machacan disfrutan y se ponen de acuerdo para sus intereses. Solo en nuestras manos esta terminar con las injusticias y dar los pasos necesarios para hacer de esta profesión una profesión digna, respetada y valorada como se merece y de nosotros los profesionales que nos merecemos porque somos la arteria principal de la sociedad. Como siempre ¡¡¡BUENA RUTA!!!.

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2 mensajes en “INCLUSO EN ESTOS TIEMPOS..

  1. Te voy a dar un «bravo» por este artículo, este es el «Julio» al que Yo admiro, no al que muestra resentimiento y divide. Como bien has dicho Tu, estamos para sumar, somos gente noble por convicción, trabajadores por vocación y derecho, solidarios por principios y leales con los nuestros. Somos simplemente conductores profecionales, obreros de la lucha y de la vida.
    Y si no te importa usare una despedida tuya «buena ruta compañeros»

    • ¡Hola Miguel! Gracias por tus palabras. Permiteme una aclaración. Yo jamas he sentido resentimiento hacia nadie, ni esta ni ha estado en mis intenciones nunca dividir. Sigo siendo el mismo que cuando escribía siendo menor de edad, y que trabajaba, como ahora. Salvo con mas experiencia en la vida. Siempre me he expresado con absoluta libertad y con esa misma libertad continuo. Lo que no soporto es a las personas que dicen y hacen unas cosas en privado y luego otras totalmente diferentes en publico. Pero como el tiempo -afortunadamente- pone a cada persona en el lugar que se merece, allá cada cual con su conciencia. La mía esta muy tranquila, Un abrazo y ¡¡¡BUENA RUTA!!!.

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