Querida amiga: Espero que al recibo de la presente el dolor que te embarga, este al menos, acompañado por el colectivo de todos los compañer@s de la carretera que nos sentimos mas unidos a ti y a los tuyos que nunca. Porque cuando un camionero deja su vida al volante de su camión también se deja un poco de la nuestra. Nosotr@s que pasamos muchos mas días lejos de los nuestros de lo que quisiéramos, somos plenamente conscientes de que algún día se puede producir esa fatídica llamada, que siempre esperamos, que al menos, seamos nostr@s l@s que podamos hacerla, jamas que alguien la tenga que hacer en nuestro nombre. Pero desgraciadamente en tu caso fue así. Uno que lleva ya sus años en esto, que ha vivido muchas de las situaciones que se pueden dar, pero siempre espero que no sea jamas como en tu caso. Imagina como tienen que ser esos segundos, y no puede por menos de sentir un escalofrió que le recorre todo el cuerpo.
Vosotr@s, los que formáis parte de nuestras familias, vivís con el miedo permanente a que el teléfono suene, y mas a esa horas en las que el sueño se hace dueño de nuestras vidas. Nosotr@s permanecemos atentos a la carretera, pero son tantos los factores que intervienen en ella, que se hace imposible evitar la tragedia, por mucho que pongamos todos los sentidos al volante.
Por unos instantes, al leer la noticia, volvieron a mi mente el recuerdo de aquella fatídica noche de 30 de Diciembre de 1997 en la que yo tuve un grave accidente con el camión, del que afortunadamente, heridas graves aparte, salí con vida. Recuerdo como me temblaba todo el cuerpo antes de llamar a la familia, las veces que dude entre hacerla o no. Pero era necesaria, sobre todo, pensando en lo que pasaría por su mente cuando, a la mañana siguiente, yo no estuviera en casa a la hora de costumbre.
Por supuesto que aquella situación no se puede comparar, para nada, con la tuya. Sin querer ser melodramático, a riesgo de que me acusen de ello, necesitaba escribirte esta carta. Para, antes que nada, solidarizarme de todo corazón contigo y con tu familia. Decirte que todo@s los compañer@s de la carretera estamos contigo en cuerpo y alma, que te acompañamos siempre en tu dolor, que nuestros corazones hoy están mas tristes que nunca. Porque cuando un compañer@ deja su vida en la carretera no podemos por menos de sentir mucha rabia y angustia.
Este trabajo nuestro, tan poco valorado y tenido en cuenta, se esta cobrando últimamente tantas vidas que dan ganas de liarse la manta a la cabeza y armar una muy gorda. Sobre todo para que nunca mas vuelva a dejar su vida en la carretera ningún compañer@, y menos por culpa del cansancio, de la presión que sufrimos por todo los lados, de las exigencias de empresas que solo piensan en aumentar sus beneficios. Les da exactamente igual que sea a costa de tantas vidas, y de tantas penurias.
Que hemos llegado a un extremo en el que lo que menos importa son nuestras vidas, que ya tan solo parecemos una pieza mas del camión, que se cambia inmediatamente por otra. Aprovechándose vilmente de las necesidades de otr@s compañer@s, llevados únicamente por el honrado fin de mantener a sus familias.
Querida amiga, recibe un abrazo permanente y solidario de tod@s los compañer@s de la carretera, que nuestros corazones siempre te acompañaran en el dolor, en la solidaridad, y en la vida. Los que aun seguimos al volante día a día lucharemos con mas ahincó que nunca por terminar con todas las injusticias. Para todos ¡¡¡BUENA RUTA!!!.
Y hasta con gritos de los dueños de compañía lo hacen uno haces todo el Job y hasta te quedan debiendo del sueldo chao y suerte a todos los driver s de volante
Qe razon teneis se pasa mui mal cuando una esta en casa el tu media mitat por alli tirado.tambien tobimos un buen susto. Y no se lo deseo ha nadie un fuerte abrazo para todos los camioner s