Dice un viejo dicho que «Hay quien confunde la velocidad con el tocino», yo como soy de pueblo -y a mucha honra- pues guardo en mi memoria este y otros muchos, que el tiempo y mis 55 años de observador de la vida me han demostrado que si, que hay muchísima sabiduría en los refranes populares. Viene esto a cuento de que no deja de sorprenderme lo que se puede llegar a liar un simple comentario, por inocente que parezca, en las redes sociales, pero sobre todo en esa tan popular como Facebook, algo que está al alcance de cualquiera que pueda tener un simple móvil mas o menos moderno.
Fuera a parte, de la capacidad de muchas personas que aburridas en su devenir diario se dedican, no solo a la creación de perfiles falsos, sino a meterse en temas en los que tienen el mas absoluto desconocimiento, con tal de que sus aburridas vidas dejen de serlo y polemizando conseguir el mayor numero de comentarios posibles, que pueden durar varios días, mientras les imagino tumbados en su sofá y partiéndose de risa. Sin ir mas lejos recuerdo uno del año pasado, sobre Septiembre, que me corrija si me equivoco el amigo Gallardo. Puso una simple noticia sobre una denuncia de trafico a un turismo por llevar en la placa de la matricula la identificación de Cataluña en lugar de la de España, tal y como marca la ley. El caso es que tres días después aquello era una autentica guerra entre nacionalidades y regiones que nada tenían que ver con el origen de la noticia.
Asi pues yo, que tengo una cierta tendencia a juntar letras con mejor o peor acierto, he llegado a un punto en el que me limito a darle al me gusta a los comentarios de mis articulos y contestar unicamente a aquellas personas que considero que lo merecen en justicia, siempre desde mi particular punto de vista. Sencillamente porque hay muchisimas personas que leen unicamente lo que quieren leer en todo aquello que se proponen. Porque puede salirte un articulo mas o menos comestible, pero la experiencia me ha demostrado que un simple adjetivo puede llegar a ser interpretado de muy diversas formas. Incluso me ha pasado de ser un «tio de puta madre» un dia, y al siguiente que me tachen de dictador, sencillamente porque tras mucho debate no le he dado la razon en todo a la otra persona. Yo alucino en colores y este escribidor lleno de dudas -benditas dudas que me mantienen cuerdo- al que le educaron desde niño en esto de la democracia, se para a pensar si tanto habre cambiado. Al final llego a la conclusion que no, que el dictador es el otro, que confunde la velocidad con el tocino.
Vamos que si me tomara a pecho todo no ganaria este podrido corazon para infartos. Hay gente que confunde grupos exclusivos dedicados a temas concretos como el transporte en muros particulares donde puede colgar lo que le de la gana, sin tener en cuenta que pueda herir sensibilidades. Luego cogen un cabreo monumental si eliminan sus publicaciones, en lugar de reconocer su error. Llegando incluso a las amenazas personales. Por eso admiro a los administradores de los grupos. ¡¡Que paciencia teneis, Carlos Benitez Ayuso, Gallardo, Alfredo Gago o Jesus Patyta!!! Por citar algunos como ejemplo, a riesgo de que se me cabree el resto, nada mas lejos de mi intencion.
Convierten las redes sociales en discusiones que a veces parecen corralas y retratan solitas a muchas personas. Por cierto ¿Recordais el sinverguenza que fingio un accidente de camion el año pasado en el que supuestamente habia muerto su hijo y se atrevio a pedir dinero y que todo era mentira? Me llevo una tarde y una mañana poner la denuncia ante la guardia civil. Total, que hace como tres meses me llego la resolucion judicial. Falta leve contra la que cabia recurso. O sea nada. En fin. Supongo que los humanos somos tan, tan complicados, que solo nosotros somos capaces de complicarnos la vida. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.