ESTO SOLO PASA AQUI.

Estábamos ayer debatiendo en un grupo varios conductores sobre la necesidad de crear un sindicato que centrara toda su actividad en defender únicamente a los conductores asalariados. Parecía la que la idea estaba teniendo buena acogida, pero claro, no hay que olvidar que estamos en España, este país tan particular en el que cuando a alguien se le ocurre una idea inmediatamente salta alguien para cuestionarla, sembrar dudas, desánimo y tocar las narices. Así que paso lo que tenía que pasar. Rápidamente apareció el agorero de esos que te dicen que no vais a conseguir nada, que la idea no va a funcionar y que es mejor no intentarlo.

La solucion mas rapida es decirle que si no quiere participar en la idea pues que se mantenga al margen y deje de tocar las narices, que de total libertad al personal para decidir por ellos mismos. En un principio parece aceptar y se retira del debate, pero no pasa mucho tiempo hasta que vuelven al ataque, el o otros con los mismos malos presagios, y vuelta  a empezar, a recomendarles que se mantengan al margen.

Si hay algo que no he entendido nunca de esta profesión nuestra es que somos en realidad unos cenutrios. Somos muy dados, como buenos españoles, a quejarnos en voz alta en los bares o en cualquier reunión en la que se encuentres varios conductores. Todos coincidimos en que estamos aguantando demasiadas injusticias, que no nos toman en serio en ninguna parte, que nos tienen puteados todos los días del año, que las condiciones laborales que tenemos que soportar son abusivas y que lo que deberíamos hacer es unirnos de una vez.

Pero luego a la hora de la verdad, cuando toca mojarse y dar la cara, queda claro que se nos va la fuerza por la boca, que mucho ruido y ninguna nuez. Sencillamente porque no tenemos lo que hay que tener, que no es otra cosa que un par de coj…. y tirar para adelante, plantar cara todos unidos porque los problemas que soportamos son comunes, así que no quedan muchas dudas al respecto. Pero parece como si nos fuéramos a enfrentar al mismísimo diablo, como si tuviéramos un miedo atroz a decirles a los empresarios que ya está bien, que somos personas y como tal merecemos un trato humano. Que no estamos pidiendo ninguna cosa de otro mundo ni nada imposible. Simplemente que se respeten nuestros derechos.

Porque no es justo que en España haya nada menos que un convenio laboral del transporte por cada provincia. Que haya diferencias en el sueldo base de hasta más de 700 euros dependiendo de la provincia de la que se trate, porque lo mismo es el trabajo de un conductor de Madrid que el de uno de Soria, por ejemplo, por lo tanto los sueldos tienen que ser iguales. Que no es justo que tengamos que soportar jornadas laborales de más de 60 horas semanales, que no podamos disfrutar de nuestras familias como cualquier otro trabajador. Y tantas y tantas injusticias. Así que el remedio a todo esto es muy claro, unirse de una maldita vez e intentar cambiar las cosas. Por lo menos vamos a intentarlo digo yo. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.

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