Viene siendo habitual que los gobernantes españoles solo apliquen los acuerdos de la Comisión Europea, cuando no les queda más remedio y les obliga a ello la Unión Europea o el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea. Ejemplos de ello tenemos cercanos, como el conflicto con los estibadores portuarios y ahora, mas cercano, el de la prohibición de que los camioneros realicen descansos iguales o superiores a las 45 horas en las cabinas de los camiones.
En el caso de los estibadores, la obligación imponía, además, una importante multa económica diaria al Estado español. En cambio en el caso de los descansos de los camioneros, veremos si en España, como se ha anunciado, se prohibirán los descansos semanales largos en las cabinas de los camiones. Sobre todo porque es un tema mucho más complicado de lo que parece y seguramente su aplicación no será fácil.
En caso de aplicarse, serán muchas las denuncias que les caerán a las empresas de transporte y a los conductores. Es curiosa esta medida que intentan aplicar algunos Estados de la Unión Europea. Curiosa porque no deja de ser paradójica, contradictoria y cargada de carencias y falta de planificación adecuada.
Una Unión Europea que liberalizó el transporte por carretera hasta el punto de convertirlo en una selva despiadada. Primero dejo que Europa se inundara de un mar de camiones provocando un auténtico tsunami, mirando para otro lado mientras las grandes empresas abrían a destajo empresas buzón en países de Europa del Este. Abarataban costes, se distribuían tarjetas europeas de transporte como si fueran los caramelos de un bautizo. Se precarizaba sin la menor compasión el mercado laboral y tan contentos.
Ahora, despues de generado el drama del transporte, convertido en un devorador y salvaje mercado de supervivientes, se quiere poner compuertas a esa marea descontrolada de camiones. Ahora que el mal tiene un tumor canceroso irremediable, ahora se le pretende poner remedio. Nada mejor para ello que comenzar a multar a diestro y siniestro a conductores y empresas con la intención de impedir que los camioneros se pasen meses por las carreteras sin ver sus domicilios, con la pretensión hipócrita de luchar contra el dumping social y laboral en el transporte.
Pero sin adecuar previamente el mercado, las legislaciones laborales, y las áreas de servicio y de descanso de las carreteras y autopistas europeas. Sin dotarlas de hoteles con precios razonables para que los camioneros pasen esos descansos de 45 o más horas en una habitación decente. Sin asegurar a los camioneros y a las empresas que no corren ningún peligros sus camiones y las mercancías que transportan, mientras los camioneros descansan en los hoteles.
Así que será muy interesante ver que es lo que ocurre en España, si finalmente el gobierno, obligado una vez más por la Comisión Europea, decide llevar hasta sus ultimas consecuencias la sentencia pronunciada el pasado 20 de diciembre por el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea. Estaremos expectantes. Como siempre ¡¡¡¡BUENA RUTA!!!.