A propósito de la edad de jubilación de los camioneros

@Camioneroleones.- En el transporte por carretera pagamos con nuestra salud las consecuencias de tantas horas al volante, los cambios permanentes en los tiempos de descanso, con el sueño, la gran mayoría de las veces cambiado y a merced de aquellos que, desde una oficina, organizan nuestras vidas, sin tener ni la más mínima idea de lo que es el día a día de nuestro trabajo. Son muchos y muy variados los problemas de salud que terminamos arrastrando con el paso de los años, y que nos llevan a llegar a la edad de jubilación arrastrando los efectos permanentes de los mismos.

Problemas de espalda, de cervicales, trastornos del sueño, problemas estomacales, obesidad, tabaquismo, de corazón, y todos aquellos que me faltan de enumerar y que son muchos. La particularidad propia de este trabajo, muchísimo más duro de lo que parece. Muy lejos de esa idea romántica que tienen la mayoría de los ciudadanos sobre nuestra profesión. Que a veces les da la impresión de que vivimos de maravilla, que somos poco menos que turistas. Una realidad que cuando alguno tiene la oportunidad de verla de cerca, le lleva a cambiar radicalmente de opinión.

Pero lo más grave de todos esto, después de los perjuicios que tiene para nuestra salud, es la falta total de reconocimiento por parte de la administración de esas enfermedades, que sean reconocidas como se merece como enfermedades profesionales, que sean valoradas en justicia cuando deciden sobre nuestro futuro a la hora de la jubilación, o de las pre-jubilaciones. Un problema por el que tenemos que luchar, para que sean reconocidas tal y como se merece. Hasta el punto de que se tengan en cuenta a la hora de ser valoradas. Este problema es muchísimo más importante de lo que parece. Es una injusticia contra la que tenemos que luchar con todas nuestras fuerzas. Tenemos que conseguir que el gobierno de turno legisle al respecto y se nos reconozcan como enfermedades profesionales las secuelas que deja sobre nuestros cuerpos esta profesión.

Porque después de todo, es lo que realmente importa, la salud, es lo más importante. No podemos continuar como hasta ahora, a merced de los caprichos de médicos y de tribunales médicos que se rigen por leyes obsoletas y totalmente injustas, llevados por los consiguientes recortes en materia de sanidad. Del mismo modo que debemos de luchar por conseguir el derecho a poder jubilarnos a los 60 años. No es de justicia que haya profesiones como, por ejemplo, la de guardia civil, que se pueda acoger al derecho de jubilarse a partir de los 55 años. Si, como dice nuestra Constitución “Todos los españoles son iguales ante la ley” ¿Porque no lo somos también en este caso?

Tal vez sea una consecuencia más que arrastramos desde siempre por la falta de unión en el transporte, una falta de unión que nos ha llevado a que seamos una profesión abandonada a nuestra suerte y a merced de los caprichos de gobernantes, esos que hacen y deshacen sobre nuestras vidas a su antojo, porque nunca nos hemos plantado como deberíamos. Ni hemos puesto sobre la mesa a ningún gobierno todas nuestras demandas, y por supuesto, también este tema tan importante como el de nuestra salud. Tendremos que ser nosotros los que de una vez dejemos de quejarnos en público y en privado, para comenzar a dar los pasos necesarios en la búsqueda de soluciones legales a nuestra situación.

Seguramente, llegado a este punto, ahora todos los que están leyendo este articulo, estarán pensando, o habrán pensado ya, en los problemas de salud que cada uno padecemos como consecuencia del ejercicio de esta profesión. Aquel que no los sienta, seguramente será porque no lleva mucho tiempo al volante de un camión. Pero que no sea egoísta, que piense que más tarde o más temprano, terminará padeciendo alguno de los problemas de salud que acarrea estar todos los días en la carretera. Así que pedirle que me permita un consejo: “Que comience a pensar en el futuro y en la necesidad imperiosa de luchar por el reconocimiento de las enfermedades profesionales por parte de la administración”

Por desgracia este es un problema del que nadie se salvará, ni tan siquiera aquellos que cuidan su salud. Tarde o temprano terminará por sentir en su cuerpo las secuelas de un trabajo muchísimo más duro de lo que parece. A partir de aquí, invito una vez más a la reflexión a todos los compañeros, para que tengamos en cuenta la necesidad de reivindicar el reconocimiento y la obligatoriedad de los gobernantes de tenernos en cuenta a la hora de valorar nuestro trabajo como se merece. Como siempre ¡¡¡¡BUENA RUTA!!!!.

Foto: Archivo Diario de un camionero leonés

 

 

 

 

¿Serán capaces de poner en orden el tsunami del transporte?

Viene siendo habitual que los gobernantes españoles solo apliquen los acuerdos de la Comisión Europea, cuando no les queda más remedio y les obliga a ello la Unión Europea o el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea. Ejemplos de ello tenemos cercanos, como el conflicto con los estibadores portuarios y ahora, mas cercano, el de la prohibición de que los camioneros realicen descansos iguales o superiores a las 45 horas en las cabinas de los camiones.

En el caso de los estibadores, la obligación imponía, además, una importante multa económica diaria al Estado español. En cambio en el caso de los descansos de los camioneros, veremos si en España, como se ha anunciado, se prohibirán los descansos semanales largos en las cabinas de los camiones. Sobre todo porque es un tema mucho más complicado de lo que parece y seguramente su aplicación no será fácil.

En caso de aplicarse, serán muchas las denuncias que les caerán a las empresas de transporte y a los conductores. Es curiosa esta medida que intentan aplicar algunos Estados de la Unión Europea. Curiosa porque no deja de ser paradójica, contradictoria y cargada de carencias y falta de planificación adecuada.

Una Unión Europea que liberalizó el transporte por carretera hasta el punto de convertirlo en una selva despiadada. Primero dejo que Europa se inundara de un mar de camiones provocando un auténtico tsunami, mirando para otro lado mientras las grandes empresas abrían a destajo empresas buzón en países de Europa del Este. Abarataban costes, se distribuían tarjetas europeas de transporte como si fueran los caramelos de un bautizo. Se precarizaba sin la menor compasión el mercado laboral y tan contentos.

Ahora, despues de generado el drama del transporte, convertido en un devorador y salvaje mercado de supervivientes, se quiere poner compuertas a esa marea descontrolada de camiones. Ahora que el mal tiene un tumor canceroso irremediable, ahora se le pretende poner remedio. Nada mejor para ello que comenzar a multar a diestro y siniestro a conductores y empresas con la intención de impedir que los camioneros se pasen meses por las carreteras sin ver sus domicilios, con la pretensión hipócrita de luchar contra el dumping social y laboral en el transporte.

Pero sin adecuar previamente el mercado, las legislaciones laborales, y las áreas de servicio y de descanso de las carreteras y autopistas europeas. Sin dotarlas de hoteles con precios razonables para que los camioneros pasen esos descansos de 45 o más horas en una habitación decente. Sin asegurar a los camioneros y a las empresas que no corren ningún peligros sus camiones y las mercancías que transportan, mientras los camioneros descansan en los hoteles.

Así que será muy interesante ver que es lo que ocurre en España, si finalmente el gobierno, obligado una vez más por la Comisión Europea, decide llevar hasta sus ultimas consecuencias la sentencia pronunciada el pasado 20 de diciembre por el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea. Estaremos expectantes. Como siempre ¡¡¡¡BUENA RUTA!!!.