¿MATAR AL MENSAJERO?

No deja de sorprenderme cada día, cuando me pongo a darle a las teclas, la facilidad con la que se intenta en muchas ocasiones poco menos que matar al mensajero, como si algunas verdades y opiniones debieran dejar de escribirse, proclamar, o simplemente, ser mas o menos, tenidas en cuenta. Esto no tiene porque tener nada de extraño en esta España nuestra, y en el transporte en particular. Parece que antes de ver la realidad, de tener en cuenta, en mayor o menor medida las opiniones, tanto propias como ajenas; haya quien prefiera esconder la cabeza, mirar para otro lado, y centrar todas sus iras y objetivos contra aquellos que tenemos mas o menos consciencia de la realidad, nos duele y preferimos proclamar ese sentimiento a los cuatro vientos.

Este juntador de letras, solo pretende, en principio un desahogo personal, luego plasmarlo en negro sobre blanco, y después que cada cual saque sus propias conclusiones. Hay quien imagina odio en las lineas, incluso rencores y rencillas. Pero, evidentemente la imaginación de cada cual es muy libre de pensar lo que quiera, yo tan solo se lo que pasa por la mía. Pero al final de cada día me quedo con lo bueno, con saber que al menos hay alguien al otro lado que lo lee y entiende el mensaje. La realidad que el transporte vive en España es tan particular, tan grave, y tan falta de iniciativas colectivas que clama al Cielo. Pero no es por culpa de nadie en particular. Es por culpa de todos, en mayor o menor medida, pero de todos, aquí  no valen inocentes; a no ser que se incorporaran ahora mismo a la profesión, sin tener el mas mínimo conocimiento de la realidad.

Una realidad que nos esta comiendo poco a poco, terminando con una profesión que muchos amamos, con sectores dentro de ella que caminan hacia una muerte segura, cada día mas cercana. Los problemas y las causas todos las sabemos. Pero mientras nosotros aquí, en esta España, nos miramos continuamente el ombligo, vemos el enemigo peligroso en el cercano y nos debatimos en discusiones que no conducen a ningún lado. Los que llenan el bolsillo a costa nuestra, aquellos que se han encargado desde hace años de hacer un negocio multimillonario del transporte; las grandes multinacionales, siguen a lo suyo, que no es otro objetivo que el de seguir aumentando cada año sus grandes cuentas de resultados.

Ademas están disfrutando como un niño en un montón de arena, observando como nos seguimos pelando en luchas primitivas, en buscar enemigos cercanos, y todo lo demás. Ellos están a lo suyo, incluso alimentando la pelea, promoviendo las broncas de forma interesada. Esperando a ver pasar bajo su ventana la chatarra que otros consideran lujos. Pero que les conducirá de forma plena al control total del mercado, ese para el que están especializados, en el que han puesto todo sus empeño. Felices viendo como se mata a los mensajeros, al igual que en la Edad Media y anteriores, cuando estos eran portadores de malas noticias.

Ahora, después de estas lineas, no faltara el que se sienta ofendido, porque aquí cada uno se queda con la frase que le interesa, olvidándose de la importancia del conjunto. Se armara el consiguiente revuelo en la red social, mas centrada en los ataques y los enfrentamientos. Por ese ego de querer tener siempre la razón. Allá cada cual repito. Este escribidor ha decidido no volver a participar en ningún charco mediático. Que cada cual haga la pelea o bronca que quiera. Que aquí somos muy de sangre caliente en la cercanía, y no tanto. Pero nadie me negara la realidad, la que yo veo, pero la que también ven muchos otros. Pronto se han olvidado propuestas encaminadas a encontrar soluciones como la que escribí hace dos días dirigida a los administradores de los grupos de Facebook dedicados al transporte. Una propuesta que, desde mi punto de vista, debería ser tenida en cuenta. Es mas, espero que los destinatarios de las mimas ya se hayan puesto manos a la obra. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.

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