CARTAS DESDE LA CABINA: A L@S HIPÓCRITAS.

Disfrazad@ hipócrita: No creo que ahora sea necesario definir el significado de esta calificación que describe muy bien a las personas, esas que dicen una cosa públicamente, para luego, en privado, mantener y sostener justamente lo contrario. Pero no se queda tan solo ahí tu comportamiento. Utilizas a las personas solo para tus intereses, pero cuando entran en confrontación con los tuyos, no dudas en iniciar una batalla sin cuartel contra ellas, sirviéndote de lame-culos e incondicionales que te hagan el trabajo sucio.  Seguramente, haciendo gala de esa hipocresía, no dudaras lo mas mínimo en atribuirme a mi este calificativo, allá tu y tu conciencia, si la tienes. Pero como este mundo es mucho mas pequeño de lo que te crees, en el que todos terminamos sabiendo muy bien quien es quien, pues eso. Pero lo que mas me cabrea, en este mundo del transporte en el que nos movemos, es que utilices a las personas únicamente para conseguir tus propios objetivos. Esos que te has marcado de aparecer como líder salvador de una profesión tan masacrada, dividida y desorganizada, que nos ha llevado a la situación en la que estamos, y en la que, mucho me temo, que seguiremos empeorando, por esa particularidad tan española de desconfiar hasta de nuestra sombra.

También yo he sido una victima mas de tus manipulaciones maquiavelicas, de tu discurso plano, sin elevar nunca el tono de voz, de tus escuderos, esos para los que hace un año era la repera, el no va mas, la releche. sobre todo cuando en alguna de mis reflexiones escribía justo lo que querías oír. En cambio, mantenías silencio publico, cuando entraban en confrontación con tus intereses, paso de saber lo que mantenías en privado, me basta con imaginarlo, que seguro que no me equivoco mucho. Supongo que perdiste la paciencia conmigo esperando que escribiera a tu dictado, es mas, te enfureció que nunca lo hiciera, que mis ideas y principios siempre fueran los mismos.

Luego, como todo tiene un limite, y tu paciencia también, poco a poco me fui convirtiendo en una persona incomoda. El ego que te domina te subió a la nube, te viste rodeada de gente que te adulaba y decía «amen» a todos tus planteamientos. La fama buscada no llegaba, pero seguías utilizando para tus intereses a las personas. Yo ya era prescindible, no había forma de que yo cambiara mis planteamientos, comenzaron a rechinarte que fueran siempre los mismos, pero que, ademas, siguiera adelante con un proyecto que había defendido siempre, la creación de un sindicato o asociación exclusivamente de conductores asalariados, que como yo, estamos mas que hartos de ser el burro que se lleva todos los palos en el transporte.

Así estallo la guerra, guerra en la que tu y tus soldados lanzaron los primeros misiles, pidiendo cabezas con la esperanza de que en lugar de cabezas fueran cadáveres que enterrar para siempre. Nuevo error, eramos muchos mas de los que esperabas, encima, para colmo los que quedan en tu proyecto son de esos que aun no saben muy bien quien son, que están en todos los frentes y en ninguno, perdidos entre sus ideas y sus proyectos, si los tienen. Como suele decirse «En misa y repicando las campanas».

Ahora yo soy para ti y los tuyos «El enemigo publico numero uno», pero con memoria y datos mas que suficientes para dejarte en muy mal lugar. Pero tranquil@, que yo tengo muy, muy claro cual es mi camino, quien esta de verdad comprometido con sus propias ideas y quien no. Ademas a diferencia de ti, yo no busco protagonismo, ni ser líder de nada ni de nadie, ni mucho menos sueño con micrófonos y cámaras de televisión, ni me muestro públicamente como victima de nada ni de nadie. Se muy bien que no soy mas que un simple conductor asalariado que le duele muchísimo la situación, tanto personal, como del resto de mis compañeros. Un juntador de letras que escribe con el corazón y las entrañas aquello que siente y padece. Pero que tiene muy claro que allá cada cual con su conciencia y su buen entender de la vida. Pero respetando por encima de todo la libertad y las ideas de todos, que en todas hay su gran parte de razón y pueden ser debidamente consensuadas y enfocadas hacia un objetivo común. La lucha por mejorar nuestro trabajo.

Para ello no necesito ponerme, de momento, detrás de ninguna pancarta, ni colgar en el Facebook mi día a día. Eso si, jamas copio, y mucho menos, me atribuyo ideas ajenas, ni me limito como tu a un «corta-pega» de propuestas e ideas ajenas de otros haciéndolas mías como haces tu. Se me olvidaba, no he puesto tu nombre aquí porque, ademas de innecesario, hay cierta publicidad que es de pago, en tu caso no se merece ni un precio, es mas, no me da la gana.

Ahora continua lanzando acusaciones veladas, ¿A que jode que hagan otros lo que tu haces? Manda a tus escuderos a la batalla equivocada, proclama a los cuatro vientos unidad, dignidad y lucha, justo las que en privado no practicas. Allá cada cual, que la vida y el destino termina poniendo a cada uno en el lugar que se merece, pero el tuyo se ve venir desde hace mucho. Yo seguiré como siempre, juntando letras, y conduciendo un camión, haciendo lo que creo que debo hacer y luchando por mis principios y mis ideas, las mismas de cuando nos conocimos, que son las de siempre. Para despedirme por hoy, lo de siempre, justo lo que no te gusta. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.

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