Insulso gilipollas: Como últimamente llevo mas de dos semanas aguantando tus tonterías, tus salidas de tono, tu falta de profesionalidad, y todos y cada uno de los calificativos que se te puedan asignar, no me ha quedado mas remedio que escribirte esta carta. Tal vez con la esperanza de que la leas, aunque dudo que tu inteligencia te de para comprenderla, sobre todo los mensajes que encierra. Así que me pongo a ello. Me da exactamente igual que sigas tocándome las narices cada vez que vaya a descargar a la empresa en la que trabajas, porque, por mucho que te pese, no te queda mas remedio, si quieres seguir comiendo, que trabajar en ese puesto, que alguien mas incompetente que tu te asigno. Eres tan gilipollas elevado a la quincuagésima potencia, que el ser Supremo cuando decidió que en este mundo había que poner a personas como tu, ya hacia milenios que te tomo como modelo, por lo que, como nadie es eterno, llevas desde entonces reencarnandote.
Eres tan profesional en la gilipollez que no te das cuenta que sin los camioneros a los que puteas cada mañana, detrás de esa ventanilla, -que como no la blinden alguna día te romperán los morros-, tu no tendrías ni un misero trozo de pan que llevarte a la boca. Seguramente te tiraste 1 año entero, antes de entrar a trabajar, aprendiéndote las normas de la empresa, pero como las cambian cada poco, pues así andas, despistado tu sólito. Pero eso si, descargando tu frustración y tus traumas de toda la vida contra todos los compañeros, yo incluido. Hasta tal punto llega tu manera de ser, que ni los propios compañeros te soportan; es mas, cuando tu no estas una mañana, respiran felices y se les ve de lejos que están de mejor humor.
Pero como seguramente continuas lamiendole el culo a quien te dio el trabajo, pues así estas. Pero yo que tu me cubriría bien las espaldas, ademas de las gafas detrás de esos ojos que deberían estar vendiendo cupones de la Once en una esquina, porque te comes los papeles con los ojos. Por supuesto, nada mas lejos de mi intención que ofender a los que los venden, pero ese debería ser tu empleo. Te dedicas a descargar todos tus complejos contra nosotros. Incapaz de pensar con un mínimo de lógica, la misma que te llevaría a vernos como imprescindibles para tu supervivencia.
Seguramente el día que pierdas tu empleo, que alguno de los que te la tienen jurada cumpla sus deseos hacia ti, o que el destino te lleve a perder lo que ahora te da de comer, echaras en falta a los compañeros, porque en un momento de lucidez de darás cuanta de los errores que cometiste. Pero ya sera tarde. Porque mira gilipollas: Sin esos a los que puteas cada mañana de lunes a viernes, ni tan siquiera podrías tener lo mínimo para sobrevivir. Así que lo mejor que puedes hacer es cambiar de actitud, porque de lo contrario tu futuro es negro, muy negro. No es que yo sea adivino, ni mucho menos. Pero hay ciertas situaciones que se ven venir de lejos, y la tuya la ve hasta un niño de dos años.
Porque, para desgracia nuestra, en esta profesión de la carretera y del transporte, parece que los gilipollas como tu se multiplican, pero los que sobreviven en una oficina de 3 metros cuadrados como tu, dan la sensación de ser elegidos en un concurso, en el que solo consiguen el puesto los primeros, como mucho los segundos, pero opositando permanentemente para ascender en la clasificación.
No es que este cabreado con los gilipollas, es que estoy tan curado de vuestra forma de actuar, que me desahogo en cartas como esta, por no tirarme por el suelo de risa, sobre todo cuando estoy de buen humor. Así que nada, continua como vas, comprando boletos a diario para ese puñetazo que se rifa entre los compañeros cada mañana a las 7 cuando tu vas al trabajo. ¿Tu nombre? Si te digo la verdad después de tanto tiempo ni me he preocupado por saberlo. Creo que es Luis, pero no estoy muy seguro. Da lo mismo, porque para desgracia nuestra hay muchos como tu, y ademas, en las ventanillas al publico suelen poner a los que son iguales en su comportamiento a ti. Como siempre para los que te aguantamos, para los que tienen la suerte de no conocerte, y para el resto ¡¡¡BUENA RUTA!!!
Magnifica carta.no se quien es pero depues de la lectura me apunto al puñetazo yo tambien.
No se a quien va dirigida la carta pero yo he conocido a algunos que les viene que ni pintada.
Copio y pego.. .y pagaría en todas esas ventanillas donde asoma algún gilipollas más, porq como bien dices, proliferan y se reencarnan. No tiene desperdicio. Buena rutica!
Muy buena carta, pero sería mucho mejor que pondrías dónde está ése gilipollas por si algún día tenemos que pasar por allí.
Lo mas triste de todo, es que últimamente nos sorprendemos cuando llegamos a una ventanilla y quien está detrás de ella hace su trabajo con diligencia y profesionalidad. A lo contrario ya estamos más que acostumbrados!!
Buena ruta a todos.
Esto mismo se les puede aplicar a much@s que hay detrás de ventanillas y que nos encontramos todos los días. Lo raro es que te traten con amabilidad y profesionalidad.
Creo que criticar a quien esta realizando un trabajo, solo porque nosotros nos creemos mas importantes porque llevamos un camión. ¡Me parece patético! Puede que el compañero lleve razón en su argumentación con respecto a esa persona en concreto, pero no todas las personas que están detrás de una ventanilla recogiendo documentación son como el aludido en la carta, ahí grandes profesionales que realizan su trabajo con respecto a las directrices que le imponen sus Jefes. Por lo tanto como transportista ya que pido respeto para mi profesión también la pido para los demás.
Un saludo.
hay de todo en este mundo.pero hay que reconocer que esos, si que hay unos cuantos y que te tratan como baura
Por desgracia nos encontramos diariamente todos los días con algún , individuo de estos jajaja
Yo trabajo en una de esas ventanillas de las que hablais. Somos mi compañera y yo. Mi compañera es una de esas «gilipollas» de las que hablais. Mis compañeros transportistas siempre prefieren hablar conmigo que con mi compañera porque no la soportan. Pero también he de decir que antes de que ella estuviera en ese puesto los transportistas hacian lo que les daba en gana. Se ponian mas portes de lo que realmente repartian, si no querian o no les apetecia hacer un porte directamente no lo hacian etc… Mi jefe puso una «gilipollas» para que se empezaran hacer bien las cosas y no hubiera tanto mamoneo y tanta caradura en mi empresa. Y mano de santo! La tienen mucho asco pero por no escucharla hacen las cosas como hace muchos años deberian haberlo echo. A veces considero que su actitud no es para nada adecuada pero ahora se hacen cosas bien.
Existe muy poca profesionalidad en este sector.
Por desgracia hay más de uno .Esa es la realidad de cada dia y después de conducir horas encima tienes que aguantar a estos fulanos pero no puedes hacer nada por que te juegas tú puesto de trabajo a sí como dicen en castilla la vieja y en toda España ver ,oir y callar.
Totalmente de acuerdo con tu comentario Teresa,antes de criticar a nadie tenemos que mirarnos en el espejo y ver como actuamos nosotros,no le quito la razón al compañero,pero en la «viña del señor hay de todo»como dicen los evangelios.
Un saludo