Querido amigo: A pesar de que hace mucho que no nos vemos ya que esta profesión nuestra de la carretera nos ha distanciado tanto, hasta el punto que tu a pesar de estar en una empresa y yo en otra, antes coincidíamos de vez en cuando y si no era así nos llamábamos por teléfono. Pero esto del camión nos ha vuelto a los dos esclavos del trabajo y de las circunstancias. Tu haciendo internacional, como cuando eramos compañeros, y yo aquí batiéndome el cobre por esta España nuestra tan cainita, tan suya, tan amada y odiada a veces.
Hemos llegado a un punto en que cuando yo te llamo tu duermes y viceversa y como siempre ha estado por encima de todo nuestra amistad, no queremos molestar el uno al otro. Tan solo cuando por el horario uno de los dos adivinamos que el otro estará al volante, nos llamamos, como la ultima vez que nos vimos. Yo venia de Barcelona para Pamplona cargado y tu estabas haciendo el viaje contrario con destino cerca de la Ciudad Condal. Cenamos a medio camino en La Pepa, charlamos como siempre de lo humano y de lo divino y cuando nos dimos cuenta la hora de la pausa había pasado rápidamente.
Así que hoy, como se que tu lees lo que escribo. Quiero en estas lineas decirte que, mas o menos, todo sigue igual, incluso peor a veces. Ya sabes de sobra como funciona este país, con sus corruptelas a diario, sus políticos dando la sensación de que están en una autentica batalla. Pero tu tranquilo, ya sabes que todo es teatro, como en la canción, puro teatro. Mas que nada porque este año hay elecciones generales y el circo tiene que seguir con la función, para que los españolitos de a pie sigan creyendo aun en la política y los políticos. Tarea difícil, porque no les queda otra que intentar recuperar el prestigio y el honor que ellos sólitos se han encargado de tirar por los suelos. Pero lo mas lamentable de todo esto es que aun habrá quien vote a corruptos y a sinvergüenzas, sin darse cuenta de que surgen alternativas nuevas que -al menos en principio- prometen una nueva forma de actuar y ya se están viendo resultados mientras aguantan, como pueden, el mal perder de los anteriores.
Luego ya veremos, el poder que crea adicción, corrompe y contagia la honradez de las personas hasta el punto de que se vuelven no tan solo traidoras a sus palabras y a los principios que parecían tener cuando aun era puros. También traicionan -lo que es muchísimo mas grave si cabe- a aquellos que les dieron su voto con la mejor de las intenciones. Es mas, a mas de uno ya se le comienza a ver el plumero una vez ha tocado poder después de la elecciones municipales. Aunque justo es reconocer que la llegada de gente nueva a la política esta obligando al gallego a ser mas solidario con los ciudadanos, al menos de palabra. El tiempo, como siempre, pondrá a cada uno en su lugar.
Ojala que me equivoque y tan solo lo que he escrito anteriormente sea porque yo también soy humano, tengo muy buenos, buenos, regulares y malos días y este es uno de esos últimos, en los que sin saber muy bien porque, y mira que me siento muy feliz, veo ciertas cosas solo desde el aspecto negativo. ¿Sera que yo también he perdido la confianza en aquellos a los que daba mi voto?. Sera así. Ya sabes amigo mio que la mía es una mente en constante ebullición en algunas cuestiones. Pero ¿Que le voy a hacer?. Como canta el gran Joan Manuel Serrat: «Cada uno es como es y baja las escaleras como puede».
En fin, que me enrollo y no paro. Cuídate allá donde estés, nos hablaremos por teléfono. Que la carretera te sea leve, el camino de regreso a casa este lleno de buenos acontecimientos, puedas estar con tu familia mucho mas tiempo del que puedes actualmente, y cuando volvamos a encontrarnos otra vez por esos mundos volveremos a disfrutar del encuentro con una mesa por medio y una buena conversación como siempre. Por supuesto discrepando en algunas cosas, porque de lo contrario seria aburrido el encuentro. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.
Siempre leo todo lo que públicas y me gusta mucho,tenías que dejar el camión y dedicarte a escribir, yo también me jubile del camión toda la vida 43 años por el mundo, un saludo comoañero